Ayer fue presentado
Luuk De Jong, el delantero distinto por el que suspiraba
Koeman y con quien hablaba, desde el 2 de agosto, para intentar traerle al Barça. En el último minuto del mercado de verano,
Mateu Alemany, y un milagro, obraron la marcha de
Griezmann y la llegada del espigado neerlandés. Ayer
De Jong dijo que estaba a punto para jugar el martes contra el Bayern. Atrás queda su lesión de rodilla que le tuvo dos meses en el dique seco y estará ya a disposición de
Koeman. Y la idea es que juegue. Porque le van los partidos grandes, porque tendrá la motivación extra que supone cualquier debut, porque
Ansu,
Agüero y
Dembélé no llegan al partido y, especialmente, porque juega de memoria con
Memphis Depay. “Nos entendemos con los ojos cerrados” dijo
De Jong. Juntos campeonaron y golearon en el PSV y han ido coincidiendo en la selección neerlandesa. Y
Koeman sabe qué pedirles.
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