El más ovacionado de todos en el Monumental de
River fue
Messi, claro. Sin embargo, en el segundo escalón aparecieron
Angel Di María y el otro
Lionel,
Scaloni, el joven entrenador que despertaba desconfianzas en el arranque por su inexperiencia, pero que terminó provocando una saludable renovación y con absoluta justicia se ganó el respeto de todos. También el cariño de los fanáticos. Ahora los hinchas argentinos cantan por
Scaloni y gritan con alegría una simpática definición que se instaló para resumir a su equipo: “La Scaloneta…”.
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