Sólo fue un partido de entrenamiento, pero
Luuk de Jong ya sabe que para explotar su gran virtud, el juego aéreo, sus compañeros tendrán que hacer un esfuerzo para variar su forma de llegar al área. Lo descubrió
Pedro Dolera, entrenador del AE Prat, cuando fue preguntado por cómo había visto al nuevo ariete del Barça en un encuentro a puerta cerrada: “No ha entrado mucho en juego, las llegadas del Barça no acababan en centros”. No puede sorprender a nadie. Con más o menos acierto, el Barça de
Koeman ataca mediante el toque, con paredes e internadas de los laterales que normalmente acaban en pases rasos al punto de penalti como si por allí fuese a aparecer
Messi por arte de magia. Pero no,
Leo ya no está y cuando juegue
De Jong habrá que centrar también por arriba. Y bien.
Memphis lo hará con maestría a balón parado. Eso ya es un avance. Pero también habrá que hacerlo en jugada. Si no es así, su fichaje no tendrá ningún sentido.
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