Mecanismos en vez de reuniones de emergencia
Urge fortalecer y reinventar los mecanismos de consulta bilateral entre México y Estados Unidos. Por eso fue tan importante la celebración del Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN) ayer en Washington, el cual no se llevaba a cabo desde febrero de 2016.
A la par de la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) al inicio de los años 90, se realizó un importante fortalecimiento de los mecanismos de consulta bilateral: las cumbres presidenciales, la Comisión Binacional, la Conferencia de Gobernadores Fronterizos y las reuniones interparlamentarias. Sin embargo, en el curso de los últimos 15 años todos los mecanismos bilaterales se han debilitado al punto de que sólo sobrevive el DEAN.
Las cumbres presidenciales se regularizaron desde el encuentro entre Manuel Ávila Camacho y Franklin D. Roosevelt en 1943. Desde la década de 1990, se convirtieron en el mecanismo concentrador de las decisiones más relevantes. Más aún, nuestra diplomacia logró que los cuatro mandatarios que antecedieron a Trump (2017-2021) –George H.W. Bush, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama– tuvieran una relación estrecha y personalizada con sus contrapartes mexicanas.
Las cumbres presidenciales detonaron los grandes avances de la relación bilateral. El TLCAN, por ejemplo, fue esbozado por primera vez en el encuentro como presidentes electos entre Carlos Salinas y George H.W. Bush en noviembre de 1988 en Houston, Texas. La Iniciativa Mérida, el mecanismo más avanzado de cooperación en seguridad, fue acordada durante en el primer encuentro que sostuvieron Felipe Calderón y George W. Bush en marzo de 2007, precisamente en la capital de Yucatán.
La llegada de Trump a la Casa Blanca en enero de 2017 y de AMLO a la Presidencia en diciembre de 2018, desinfló a las cumbres presidenciales como mecanismo decisorio. A Trump había que evitarlo por radioactivo y AMLO insistía en que la mejor política exterior es la interior.
La Comisión Binacional, creada en 1981, experimentó sus mejores momentos en la década de 1990 y al arrancar el presente siglo. Encabezada por la Cancillería y la Secretaría de Estado, permitía que ambos gabinetes dedicaran un día completo a pasar revista a los temas principales de la relación bilateral. Sin embargo, no se reúne hace más de una década. Francia y Alemania, por hacer una comparación, realizan una comisión binacional dos veces al año.
Las reuniones interparlamentarias y las conferencias de gobernadores fronterizos no han sido convocadas en aproximadamente una década. La polarización política, especialmente de Estados Unidos, está en la base de la parálisis. ¿Qué interés tendría el archiconservador gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, promuro y cazamigrantes, de reunirse con sus similares mexicanos o con los gobernadores promigrantes de California y Nuevo México?
Los mecanismos de consulta bilaterales, así como los acuerdos y tratados, son el andamiaje institucional con el que se maneja la compleja y asimétrica relación bilateral. Cuando se reúnen de manera periódica obligan a los funcionarios de ambos países a darle seguimiento a los acuerdos y avanzar en la solución de controversias. Los mecanismos y los acuerdos como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que sucedió al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), nos permiten depender menos del líder en curso, es decir, de qué tan pro o antiestadounidense es.
Por ejemplo, el divisivo tema migratorio no se ha discutido en un foro oficial desde que dejó de reunirse la Comisión Binacional. De manera que los funcionarios mexicanos sólo dialogan sobre el tema con sus contrapartes de Estados Unidos cuando explota un incidente migratorio. Esto es, se reúnen de emergencia para sacar al niño del pozo en vez de tapar el pozo.
La última vez que se reunió el DEAN fue presidido por Joe Biden y por Luis Videgaray, en ese entonces vicepresidente y canciller, respectivamente. Ayer la vicepresidenta Kamala Harris presidió la reunión y estuvo acompañada de la plana mayor del gabinete: el secretario de Estado, Antony Blinken; el secretario de Seguridad Interna, Alejandro Mayorkas; la secretaria de Comercio, Gina Raimondo; la representante de Comercio Exterior, Katherine Tai, y el nuevo embajador estadounidense en México, Ken Salazar. Por parte de México acudieron Marcelo Ebrard, canciller, y Tatiana Clouthier, secretaria de Economía. Es decir, una minicumbre bilateral para impulsar los temas económicos y seguir desactivando las crisis migratorias en ambas fronteras mexicanas.
La reunión del DEAN fortalece la institucionalidad en la relación entre México y Estados Unidos. Sienta a los actores principales de la relación bilateral en un foro de consulta que, en principio, debe ser periódico, y los obliga a coordinar acciones para evitar, en la medida de lo posible, las emergencias.