El atentado del 11-S en viñetas
Hace exactamente 20 años que el mundo cambió. La humanidad, con la mirada pegada al televisor, asiste atónita a un acontecimiento que va a cambiar la historia. Muchos intuyen que los terribles atentados del 11-S van a tener hondas consecuencias en el devenir del naciente siglo, aunque no alcanzan a imaginarlas en toda su dimensión.
Hoy es el día en que se puede echar la vista atrás, confirmar la certeza de dicha intuición, y de paso, hacer un repaso de todo lo acontecido y sus consecuencias. Un modo riguroso y ameno de hacerlo es a través de su reflejo en el mundo de la viñeta.
Las reflexiones sobre el 11-S que ofrece la historieta comienzan al día siguiente de la caída de las torres. Los periódicos del día 12 se hacen eco del atentado, y los humoristas gráficos aportan su versión de lo sucedido. Mi reflexión favorita es una viñeta de nuestro Forges, que dibuja a la estatua de la Libertad agazapada, protegiéndose de los aviones pilotados por los terroristas. Es una imagen que he recordado muchas veces, ya que veo en ella un presagio, una metáfora de la pérdida de libertades individuales que vino poco después en la llamada «guerra contra el terror». Es una imagen en suma, que expresa a la perfección que el miedo vuelve obsoleta al símbolo por excelencia de la libertad en Norteamérica.
Los Superhéroes, que también son símbolos de la cultura popular norteamericana, juegan un destacado papel para lograr que el pueblo digiera la tragedia. Así por ejemplo, Marvel cómics lanza una publicación catártica llamada 'Héroes', que de la mano de algunos de los mejores historietistas del género, reflexionan sobre el atentado a partir de dos ideas rectoras: El atentado como ataque contra la paz mundial, y una oda a la heroicidad, en la que no se pone el acento en los ficticios paladines enmascarados, sino en los bomberos, sanitarios y demás profesionales que lo dieron todo para paliar, en la medida de lo posible, la pérdida de vidas humanas. En palabras de los mismos Superhéroes, «los auténticos héroes, son ellos».
DC hace lo propio en toda una serie de especiales llamados 9-11, ahondando en estos mismos conceptos. Mi imagen favorita es una portada del siempre genial Alex Ross, en la que se observa a Superman frente a un cartel en el que aparecen los policías y demás héroes de carne y hueso que se enfrentaron a la tragedia. El poderoso hombre de acero queda minimizado ante estos hombres retratados como titanes. Se trata de un auténtico icono a la manera de Norman Rockwell, que expresa mejor que ninguna otra imagen el sentir de la sociedad norteamericana de ese momento.
Por supuesto, la posición de los superhéroes evoluciona con el tiempo, y cuando EE.UU. entra en guerra en Afganistán e Irak, los superhéroes se suman a dicha causa de forma análoga a como lo hicieron en la II Guerra Mundial.
Primera gran obra
Pero la primera gran obra surgida a partir del 11-S, y en mi particular opinión la mejor de todas, es 'Sin la sombra de las torres' de Art Spiegelman. El conocido autor de Maus reside en Nueva York y vive el atentado de forma muy intensa. La angustia se apodera del historietista, que confiesa que la lectura de las páginas dominicales de cómic publicadas por los diarios de principios de siglo, son lo único que le devuelve la tranquilidad y le permite conciliar el sueño. Por ello, elige este formato y desarrolla toda la novela gráfica a través de páginas dominicales protagonizadas por antiguos personajes que narran una historia muy crítica con la administración Bush y con la percepción que tiene del conflicto gran parte de la ciudadanía americana.
También desde el ámbito del cómic independiente, el historietista Peter Kuper se ocupa del 11-S en 'No te olvides de recordar', donde crea una imagen realmente poderosa. Con las torres ardiendo, el dibujante intenta ejercer de demiurgo dentro del propio cómic, y redibuja las páginas intentando cambiar la realidad. Rehace el dibujo para intentar reparar la tragedia, e incluso reclama la ayuda de su hija pequeña, que con su portentosa e inocente imaginación infantil, comienza a trazar cosas bonitas; pero finalmente, ambos claudican, y el horror del atentado termina por imponerse.
Otras dos obras interesantes son '11 –S el informe', y 'El mundo después del 11-S', ambas de Sid Jacobson y Erni Colón. La primera se basa en el informe final de la Comisión Nacional de Ataques Terroristas de EE.UU.; mientras que la segunda se realiza un análisis de las consecuencias de las guerras impulsadas por la política estadounidense tras el 11-S.
Siguiendo la estela de Jacobson y Colón, tras los atentados de Atocha en Madrid, un equipo de historietistas formado por Pepe Gálvez, Antoni Guiral y Joan Mundet publican '11-M. La novela gráfica'; cuya historia se estructura a través de la sentencia del juicio del terrible atentado.
Aniversarios
Coincidiendo con el décimo aniversario de los atentados del 11-S, se publica otro álbum interesante, '12 de Septiembre. La América de después'; en el que participan un nutrido grupo de los mejores historietistas internacionales con nombres tan conocidos como Enki Bilal, Carlos Sampayo, Joe Sacco, Art Siegelman, etc. El volumen, ya desde su título, incide en la idea de que los atentados de las torres gemelas cambian a la sociedad americana de forma tan profunda como irreversible.
Finalmente, coincidiendo con el vigésimo aniversario del atentado, se publica '11 de Septiembre de 2001, El día que cambió el mundo'. Se trata de una estupenda novela gráfica francesa de Baptiste Bouthier y Héloïse Chochois, que llega a España de la mano de Norma Editorial, y que se centra en mostrar una verdad tan simple como irrefutable: «El 11-S cambia el mundo, y aún hoy seguimos sufriendo la dolorosas consecuencias que de él se derivan». Con inteligencia, sus autores realizan un completo repaso en el que se tratan temas como la globalización del terrorismo yihaidista; y aunque se hace especial hincapié en los atentados en suelo francés como los acontecidos en la discoteca Bataclan o en la redacción de Chalie Hebdo; no se olvidan de otros actos terroristas acontecidos en Madrid, Barcelona, Londres, etc.
Por supuesto, también se reflexiona sobre la invasión de Irak y Afganistán; sobre la perdida de libertades de los ciudadanos, incluyendo la violación de derechos humanos en prisiones como la de Guantánamo, y la vigilancia masiva de por parte del Centro Nacional de Inteligencia de EE.UU.; o sobre el fortalecimiento del grupo terrorista Estado Islámico acaecido tras la invasión de Irak.
Leo esta obra mientras el gobierno americano y el resto de potencias desplegadas en Afganistán abandonan Kabul. Dejan el país en manos del régimen talibán, convirtiéndose en la enésima prueba de que la llamada «guerra contra el terror» no funciona.
Esta operación es el último giro hasta la fecha del proceso que se inicia con el 11-S; y tengo la seguridad que el cómic, que siempre ha sabido tomar el pulso a la realidad y reflejarlo en viñetas, se ocupará de ello en futuras obras que versen sobre el 11-S.