El Reino Unido estudia medidas en la frontera de Gibraltar en caso de no llegar a un acuerdo
Las autoridades de Reino Unido y de Gibraltar analizan la posibilidad de adoptar medidas para favorecer el tránsito en la frontera con España para plantear alternativas a la posibilidad de que no se alcance un acuerdo sobre la futura relación de Gibraltar con la Unión Europea
Para ello, según ha informado el Gobierno gibraltareño en un comunicado, la ministra británica para Europa, Wendy Morton, visitó ayer el Peñón, donde se celebró una reunión del Consejo de Preparación para un Desenlace No Negociado (NNO en sus cifras en inglés).
Entre las posibles actuaciones contempladas, está llevar a cabo obras de infraestructuras como la construcción de una ampliación del edificio de entrada peatonal en la frontera para albergar una serie de puertas automáticas de control fronterizo que podrían utilizarse en caso de que no se alcanzara un acuerdo.
Además, la sección terrestre de Aduanas podría trasladarse desde su emplazamiento actual a este edificio ampliado, a fin de dejar sitio para acometer las obras de carretera dirigidas a mejorar el flujo de tráfico de entrada hacia el nuevo túnel que discurre bajo la pista de aterrizaje del aeropuerto.
También se ha planteado la reforma de la terminal de contenedores del puerto de Gibraltar con el fin de gestionar el mayor volumen de importaciones que se prevé que llegarían por mar en caso de no haber acuerdo.
La propuesta incluye la repavimentación de una parte de la terminal, así como obras eléctricas destinadas a proporcionar puntos de conexión para un mayor número de contenedores que transporten productos congelados y refrigerados.
Pese a estos planteamientos, los gobiernos de Gibraltar y Reino Unido continúan "firmemente comprometidos con la negociación de un tratado entre Reino Unido y la Unión Europea acerca de la futura relación de Gibraltar, sobre la base del Acuerdo de Nochevieja", ha resaltado el comunicado.
La próxima reunión de la junta del NNO se celebrará en próximas fechas en Londres. EFE