Es un auténtico intercambio de golpes. El mejor combate de los últimos años. Desde que en 2016
Rosberg y
Hamilton se enzarzaron en una batalla apasionante y llena de tensión, con Nico como ganador, Lewis nunca tuvo a un rival que estuviera a su altura. Tenía el mejor coche con diferencia y a su lado, un
Bottas que este año se despide de Mercedes. Pero en este 2021,
Verstappen se ha erigido como el oponente que Lewis necesitaba en pista. Y tras el golpe de
Zandvoort, con un
Max intratable que le arrebató al británico el liderato del
Mundial por solo 3 puntos, el británico debía responder en carreras favorables a Mercedes. Y
Monza, sin duda, por la velocidad en recta de su flecha de plata, era una de ellas. Se trata de un duelo de supervivencia, de pura eliminación, en la que nadie puede fallar cuando es favorito, y cuando no, debe minimizar pérdidas maximizando su resultado. En ese juego, un constante tira y afloja en la que ninguno de los dos puede permitirse un error, Lewis tiene este fin de semana la pelota en su tejado, y este viernes salió a pista con el claro objetivo de devolverle el golpe recibido en los Países Bajos a Verstappen. Lo hizo liderando cómodamente los Libres y
confirmando su fuerza en una clasificación que lideró en todo momento ante un Max le plantó más cara de la esperada. Y cuando todo parecía listo para que Lewis celebrara la primera posición de salida para la carrera al sprint de este sábado ante Verstappen, llegó
la sorpresa: la sublevación de Bottas, que le arrebató a su líder la primera plaza.
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