Admiro la capacidad que tienen algunos amigos míos, columnistas de relumbrón, para no dejarse influir por el ruido del ambiente a la hora de escribir sus artículos. Aprecio que de vez en cuando recorran con la mirada otros recodos menos convencionales de la actualidad. Ya sé que sería un desastre que esa actitud se generalizara indiscriminadamente hasta convertir el paisaje periodístico en el reflejo de un mundo irreal y azucarado, propio de niños y avestruces, como el que le pinta Guido a su hijo Giosué en ‘La Vida es bella’ o la bruja malvada a Hansel y Gretel en el cuento de los hermanos Grimm, pero aceptemos que también lo sería que nos condenáramos a contemplar el espectáculo monográfico de...
Ver Más