El PSOE depurará sus liderazgos regionales menos competitivos
Pedro Sánchez profundizará de aquí a final de año en el proceso de renovación del PSOE. Unos cambios que dibujarán un partido distinto al que se había consolidado en el periodo 2017-2021. Atrás quedarán antiguos enemigos, básicamente Susana Díaz, pero también figuras tradicionalmente cercanas a ella que han quedado ya amortizadas. Todo irá en la línea de lo que ya sucedió con la remodelación del Gobierno el pasado mes de julio.
Pese al cambio de tendencia que se viene registrando desde las elecciones en la Comunidad de Madrid, la autoridad de Sánchez en el PSOE no ha sufrido ningún sobresalto. Ha discurrido sin oposición a su decisión de conceder los indultos. Y unas semanas antes se vio claramente reforzado en lo orgánico cuando pudo derrotar definitivamente a Díaz en las primarias andaluzas.
Los cambios de Gobierno, aunque trajeron cierto estupor interno por la forma en que se sacrificó la figura de José Luis Ábalos, sirvieron para cohesionar el partido con el ascenso de la figura de Félix Bolaños y el paso a la primera línea de figuras como Óscar López, Isabel Rodríguez o Pilar Alegría. Y, sin duda, por la salida de Iván Redondo. Desde esas bases, el último trimestre del año concluirá ese proceso de renovación. Los días 15, 16 y 17 de octubre se celebrará el 40 Congreso Federal.
Con una depuración casi total de la dirección que lo acompaña desde 2017. Renovados también las principales portavocías socialistas, tras el cónclave federal se celebrarán los congresos regionales. Tan solo en dos territorios se celebrarán primarias para elegir al secretario general. Se trata de Galicia y la Comunidad de Madrid. En ambos casos Ferraz ha optado por no tomar partido. Algo que ya es significativo.
En el avispero madrileño Ferraz ha llegado a la conclusión, tras el malestar generado por su tutelaje el 4-M, de que en esta ocasión convenía que tuviese lugar unas primarias reales. Hay cuatro candidaturas. Pero la cuestión se decidirá entre el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, y el diputado autonómico Juan Lobato. En el caso de Galicia la disputa se antoja más cruenta. El actual líder regional, Gonzalo Caballero, quiere resistir. Pero tras sus malos resultados en 2019 Ferraz no apoya expresamente su candidatura. Lo que es sintomático en el caso de un líder en ejercicio. Se enfrentará a Valentín González, presidente de la Diputación de La Coruña.
También habrá relevo en la Región de Murcia. Pese a ganar las elecciones en 2019, básicamente por la división de la derecha, la pujanza electoral socialista en la región tiende a mínimos. Todo apunta a que su puesto lo va a ocupar el actual delegado del Gobierno, José Vélez. Una figura que contaría con el visto bueno de Ferraz. Y que se mantuvo fiel a Pedro Sánchez en sus peores momentos en 2016.
Y en el PSE. Estaba asumido, pero este martes se formalizó la renuncia de Idoia Mendia a presentarse a un tercer mandato. No será una sucesión conflictiva. Las riendas del PSE las tomará el portavoz socialista en el Parlamento de Vitoria, Eneko Andueza.
Básicamente se renuevan los liderazgos menos competitivos. Donde los socialistas han perdido la capacidad de ganar o gobernar. Ese pulso competitivo es lo que salvará a los dos únicos liderazgos que se mantendrán pese a no gobernar: el de Luis Tudanca en Castilla y León y el de Pablo Zuloaga en Cantabria. Mientras que continuarán al frente de sus federaciones los barones que presiden sus autonomías. En La Rioja se pondrá fin a la bicefalia. La presidenta autonómica, Concha Andreu, asumirá el mando orgánico sustituyendo a Francisco Ocón.
A todas estos cambios se une el relevo ya ejecutado en el PSOE andaluz, la federación más grande del partido, con Juan Espadas al frente. Y a ellos se unirá también el PSC con el relevo de Miquel Iceta por Salvador Illa.