¿Se puede reconocer a un dictador por sus rasgos faciales? Polémico estudio dice que sí
Se nos ha inculcado a no juzgar a las personas por su apariencia, sin embargo cometemos el error de hacerlo sin antes investigar un poco de información y más si se trata de figuras públicas.
Sin embargo, una gran cantidad de estudios y documentos sobre la percepción facial revela que los seres humanos pueden inferir todo tipo de información sobre el carácter, afiliación política o religiosa e incluso la orientación sexual de otra persona.
En un estudio titulado “Los Dictadores se diferencian de los lideres elegidos democráticamente en la calidez facial”, publicado en el Social Psychological and Personality Science, los hallazgos sugieren que la apariencia facial de un líder a menudo refleja el sistema político en el que opera.
La investigación encabezada por la psicóloga canadiense Miranda Giacomin se ha realizado en sociedades occidentales desarrolladas, las cuales tienen sistemas democráticos de gobierno. No obstante, gran parte de la población mundial vive en países que no eligen a sus lideres. En estos estados autoritarios, los líderes ascienden a la cima mediante maquinaciones políticas o fuerza militar.
Tras esta observación, la doctora Giacomin y sus colegas se preguntaron si los líderes de países autoritarios diferían en su apariencia facial de aquellos que fueron elegidos libremente (demócratas) y para ello, los investigadores realizaron dos estudios.
En el primero de ellos, se recopilaron fotos de 160 jefes de estado varones, de los cuales 80 fueron elegidos por la vía democrática y 80 fueron dictadores autoritarios. Todas las fotos se recortaron para ver solo el rostro y se convirtieron a blanco y negro para que fueran lo más similares posible.
Como segundo paso, se reclutó a 90 participantes quienes vieron cada foto en orden aleatorio e indicaron si la persona que veían era demócrata o dictador.
Los participantes lograron tener un 69 por ciento de éxito en la clasificación de los líderes, demostrando que los políticos elegidos por el voto se ven diferentes de los dictadores autoritarios.
Sin embargo, este primer estudio no reflejó las diferencias entre unos y otros, por lo que ese fue el objetivo del segundo estudio.
Para esta segunda parte, un nuevo conjunto de participantes visualizó el mismo conjunto de fotos y calificó cada una en una lista de cualidades personales que incluía: atractivo, madurez, competencia, dominio y calidez. Acorde con el estudio, los participantes no tenían idea si los políticos eran demócratas o autoritarios.
De esta lista de cinco características, los participantes coincidieron en que todos los políticos eran maduros, competentes y dominadores; sin embargo, donde los demócratas y dictadores diferían era en términos de atractivo y calidez.
Acorde con el estudio, los demócratas fueron juzgados como más atractivos y cálidos que los dictadores. Por el contrario, el atractivo y la calidez no son características necesarias para ascender a la cima de un sistema político autoritario.
“Las democracias valoran la justicia, la apertura y la transparencia; como tal, los votantes prefieren políticos cuyos rostros transmitan calidez a través de la confiabilidad y la simpatía. Las dictaduras, sin embargo, operan a través de la subordinación de la población, el engaño y la tiranía. Los dictadores que parecen duros y menos cálidos se ajustan mejor a este estilo de gobierno y, por lo tanto, pueden provocar con éxito más miedo e intimidación en la población”, concluyeron los investigadores.