La Princesa Charlène da un golpe en la mesa y demuestra que sigue teniendo papel real en Mónaco

Nadie pensó que el viaje que el pasado mes de mayo realizó la Princesa Charlène de Mónaco a Sudáfrica, su país de origen, para participar en una misión contra la caza furtiva, se convertiría en una de sus peores pesadillas.


Más de cinco meses lleva la mujer del Príncipe Alberto II sin poder salir del país a causa de una infección grave por la que tuvo que ser operada de urgencia y, a pesar de la rápida intervención, continua sometida a «múltiples y complicados procedimientos médicos tras contraer una infección severa en oídos, nariz y garganta en mayo», anunciaron entonces desde el Palacio Grimaldi.


Un tiempo en el que el matrimonio no solo ha sufrido vivir a miles de kilómetros de distancia de su marido y sus dos hijos, Jacques y Gabriella (6 años) durante todo este tiempo, sino también los constantes rumores de una supuesta crisis en su matrimonio.




Menos mal que su salud va mejorando y, salvo causa de fuerza mayor, su regreso a casa está programado para el próximo mes de octubre, tal y como reveló el propio Príncipe durante una entrevista con la revista 'People': «Está lista para volver a casa».


No obstante, el hijo de Grace Kelly y Raniero III de Mónaco no pudo esperar hasta entonces y decidió viajar hasta Sudáfrica junto a sus hijos para realizar una visita breve pero intensa. Durante su estancia, el matrimonio no ha dudado en posar para los fotógrafos para demostrar, una vez más, que su unión es tan sólida como el primer día. Además, la Princesa se ha convertido en vicepresidenta de la Cruz Roja, la organización que Alberto II preside desde el año 1982 y, por lo tanto, guarda especial relación con el Principado y la familia Grimaldi, pues fue fundada por el bisabuelo del Príncipe, Luis II, en marzo de 1948.