El PSOE, decidido a tragar con todo, está dispuesto a generalizar el uso del gallego, el euskera y el catalán (pero no el valenciano) en el Senado. Es una forma de satisfacer a la izquierda y al nacionalismo que no creen en España, que inventan eso de la nación de naciones, o incluso imaginan una confederación de naciones donde el Estado no es una nación. Es la manera de presentar al Senado como una suerte de Parlamento Europeo pequeñito al que acuden representantes de distintos países con sus idiomas consiguientes. Más allá de la falsedad histórica, incluso más allá de la opereta de hablarse en distintas lenguas cuando todos se entienden en una común, está la estafa, la falta de...
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