Hace una década armó cierto revuelo la foto del ceutí Manuel Chaves colocándose un pinganillo en el Senado para escuchar un discurso en catalán del cordobés José Montilla, a la sazón presidente de la Generalitat, el primer y hasta ahora único ‘charnego’ que ha ocupado ese puesto. La cooficialidad estaba vigente en la Cámara Alta desde 2005 pero aquella situación grotesca la elevó a la categoría de esperpento: una deformación sistemática de la realidad llevada al extremo. Entonces los traductores sólo intervenían en algunas ocasiones puntuales, pero a partir de ahora tendrán que hacerlo -al coste anual de un millón de euros- cada vez que sean requeridos en virtud de una reforma del reglamento que consagra la potestad de los...
Ver Más