T'nia Miller ('La Fortuna'): «Amenábar parece que no tiene ego»

'La Fortuna' desembarca hoy en Movistar+. El público puede ver desde este jueves los dos primeros episodios, de seis, de la primera serie de Alejandro Amenábar, un cineasta que tiene más galardones que años, entre ellos un Oscar y nueve premios Goya. Coproducida con AMC Studios y la colaboración de MOD Pictures, la historia es la adaptación del cómic 'El tesoro del Cisne Negro', de Paco Roca y Guillermo Corral. Incluso los no abonados a la plataforma pueden disfrutar esta serie a través de la aplicación. Puede que sea el estreno más importante del año para la compañía de Telefónica, que presentó el proyecto en San Sebastián y ha desenrollado su alfombra roja hasta llegar a Madrid. El propio Amenábar y la actriz británica T'Nia Miller, conocida por 'Years & Years' y 'Sex Education', entre otros títulos, hablaron con ABC sobre esta historia de aventuras, con piratas modernos a los que, en lugar de pasarlos por la quilla, se les puede subir al estrado, incluso en su propio país. Miller, que tiene una personalidad arrolladora y una presencia física característica, desde que hace años decidió raparse el pelo, asegura que conocía las películas de Amenábar, pero admite que no las relacionaba con su nombre. «Es un problema que tengo en la cabeza. Hago bromas sobre eso, pero es una enfermedad real. No puedo recordar bien los nombres y los números». Sobre el director español, destaca lo «tranquilo» que es en el rodaje. «Tiene clarísimo lo que quiere, es muy paciente, se toma su tiempo y siempre está abierto a colaborar. Es algo muy bonito, parece que no tiene ego». Que la llamaran para 'La Fortuna' fue una gran sorpresa, asegura, aunque la sensación tampoco es nueva: «Cada vez que consigo un trabajo siempre me emociono. Es genial. Tienes la oportunidad de jugar de nuevo. Pasé mucho tiempo con mi carrera parada, sin encontrar papeles. Ahora solo pido que esté bien escrito, aunque no conozca al director o sea alguien nuevo». Diferencias entre actores por países El director y guionista, por su parte, cuenta que cuando se tiene «un abanico tan diverso en la interpretación, en experiencia, idioma y cultura», hay que «jugar a la integración, para que todos se sientan en el mismo barco». El director de 'Tesis' asegura que hay grandes diferencias entre los intérpretes, según sea su origen. «Ya lo noté en 'Ágora', una película en la que rodábamos con actores de muchas nacionalidades y culturas y notabas que la aproximación es distinta entre un actor británico y otro palestino, por ejemplo. También pasa con actores mediterráneos o latinos, como Javier Bardem. En general, los anglosajones tienen una aproximación más matemática, diría que más precisa, y los latinos juegan más a la intuición y la pasión». Amenábar, con Stanley Tucci - Movistar+  Sobre Stanley Tucci, otra de las grandes estrellas de 'La Fortuna', cuenta que al americano le gustó la riqueza de su personaje, que no es un villano sin más. «Es un personaje que no tardas en descubrir, pero al principio juega a la ambigüedad. A mí me gusta entrar en la mente de casi todos mis personajes, no siempre de todos, pero en este caso sí quería escuchar sus razones y ver cómo se justifica ante lo que hace». «Por otro lado», añade, «responde a esa tipología de persona maquiavélica, seductora, que todos hemos visto desde niños en el instituto, cuando alguien se las ingenia para quitarte los apuntes. Consiguen encandilar a quien tienen enfrente, pero al final obedecen a su propio interés». «Mi jefe es Dios» En 'La Fortuna', T'Nia Miller tiene como jefe a Tucci, aunque ella asegura que es una persona rebelde y que nunca ha respetado demasiado las jerarquías. «No creo en eso, por mis experiencias vitales, en trabajos como camarera, por ejemplo. No los veo como jefes. Mi jefe es Dios. Si hago papeles de mujer fuerte es porque me considero una mujer fuerte». Pese a todo, no se considera una activista: «No lo soy. Conozco a activistas de verdad, como el cofundador de Black Lives Matter, y no puedo atribuirme sus méritos». Ella creció en una comunidad de inmigrantes en el Reino Unido y ha vivido la dureza de las calles y la discriminación, que se puede paliar un tanto «si tienes un agente increíble que derribe esas paredes y esos techos». Miller no se refiere solo a las personas negras. «Hay todo un mundo que está subrepresentado, del Sur y el Este de Asia, las personas trans, con capacidades diferentes... Pero no se trata de llenar la pantalla con ellos. Lo que quiero es escuchar sus voces, no solo su acento, sino detrás de la cámara, porque contando sus historias podemos contar historias más emocionantes. En el mundo, todos necesitan ser vistos para sentirse potencialmente validados». En defensa de los funcionarios De vuelta a la parte española del reparto, pero sin salir del todo del discurso político, Amenábar habla del personaje del ministro de Cultura, que interpreta Karra Elejalde: «A mí personalmente me cae bien y creo que toma la decisión adecuada cuando decide emprender esa lucha que en principio es suicida. La serie también hace una defensa de los funcionarios, que ya estaba en el cómic. Los funcionarios son los héroes anónimos que consiguen que a veces las cosas salgan». Karra Elejalde da vida al ministro de Cultura - Movistar+ Al creador de 'La Fortuna' también le gustaba el elemento judicial: «Hay grandes películas de juicios que me apasionan, desde 'JFK' hasta 'Matar a un ruiseñor'. En el cómic estaba desarrollado solo en unas pocas páginas y nos parecía que había una oportunidad perfecta para que en uno de los capítulos convirtiéramos la serie en una película de juicios, de esas películas que tanto me han gustado. Lo rodé con toda la pasión del mundo». Es posible que Amenábar tenga menos ego de lo normal. Para terminar, cuenta que mantiene una vieja costumbre que no todo el mundo conoce: «Yo suelo hacer pases de prueba con público real. En este caso, lo hice con la serie sin terminar. Se la puse a algunos amigos y por supuesto, me gusta que sean lo más sinceros posible». ¿Llega a cambiar cosas a partir de esas opiniones? «Para mí hay una regla básica: cuando en un grupo de unas diez personas, tres o cuatro te señalan lo mismo, tienes que tomar buena nota porque seguramente tienen razón».