Durante más de dos años, Salvador Méndez Verdún fue una figura conocida para los viajeros y trabajadores habituales del aeropuerto de Madrid-Barajas . A sus 28 años, este productor musical y DJ caído en desgracia tras la pandemia, se convirtió en un símbolo de lo que puede ocurrirnos a cualquiera cuando todo se tuerce . Dormía en los pasillos de la terminal desde diciembre de 2022, y su historia en los medios de comunicación removió conciencias. En uno de los programas en los que apareció, en Espejo Público, Fernando Fernández, un empresario asturiano de Peñamellera Alta, movido por la compasión, lo contrató como camarero de habitación en su hotel, 'La Molinuca', ubicado en pleno corazón de los Picos de Europa. El contrato incluía algo que muchos sueñan y pocos consiguen: alojamiento gratuito, manutención completa y un entorno natural envidiable. Pero algo no funcionó. Salva apenas aguantó quince días en Asturias, y solo trabajó tres . «No era lo mío. Era muy duro», señaló desde Logroño, donde vive en estos momentos junto a su pareja. «Lo de madrugar y hacer habitaciones no era lo suyo», recuerda con tono afable Fernando Fernández, el dueño del hotel, en declaraciones a 'La Nueva España'. Según el empresario, los dos primeros días llegó tarde . El tercero , directamente no apareció hasta el mediodía . «Cuando le preguntamos, dijo que se había tomado el día 'de asuntos propios'», revelaron desde el hotel asturiano. La respuesta, aunque desconcertante, no causó un conflicto. Dueño y empleado hablaron y resolvieron el contrato de mutuo acuerdo . «Nos dimos la mano y nos separamos como buenos amigos», asegura el empresario. Y eso que le regalaron ropa, zapatos y hasta 150 euros el primer día, que desaparecieron en apenas una tarde. Por otro lado, desde el establecimiento aseguran que «toma muchísimo café». Tanto, que al poco de llegar le entregaron una jarra para que no estuviera pidiendo tazas cada cinco minutos. Cada mañana se la llenaban entera y el joven se paseaba por el comedor, hablaba con todos los huéspedes y les servía de su café de manera gratuita mientras les decía: «¿Sabes quién soy? Soy Salva, el de la tele». La estancia de Salva en Asturias fue corta, pero no ha roto del todo la relación con quien le ofreció esa mano amiga. Según el joven, mantiene una buena relación con Fernando y hablan habitualmente . El empresario ha pasado página y ya ha contratado a otra persona para cubrir el puesto, pero insiste en que le desea lo mejor a su antiguo empleado que ahora se encuentra en Logroño. Salva, por su parte, ha iniciado una nueva etapa. Ya no trabaja, aunque asegura que, junto con la ayuda de su pareja, no desiste en la idea de encontrar un nuevo puesto de trabajo. No obstante, mientras tanto, Salva ha decidido abrirse un perfil en TikTok , 'Las aventuras de Salva', en el que comparte su día a día y sus reflexiones.