El todavía presidente de la Generalitat, Quim Torra, no merece más dosis de esa moderación, ni de esa proporcionalidad que abandera Sánchez como respuesta a la insurrección separatista en Cataluña. Sencillamente porque una y otra constituyen la coartada para dejar hacer y que pase el tiempo, mientras Barcelona se retrata como una ciudad fuera de control y los policías heridos se cuentan por decenas. En este escenario dramático, la presencia del Estado para frenar la sustracción de Cataluña al régimen democrático es insuficiente... Читать дальше...