Intentó Koeman ofrecer algo más que lo de siempre, y lo consiguió desde la energía, desde las renovadas fuerzas de sus jugadores, sin Messi que deambulaba como un náufrago entre su calidad y su ausencia, pero sobre todo con Ansu Fati y su idilio con el gol. Un idilio natural, de tam-tam selvático, todo instinto, todo potencia, todo delicadeza y todo a la vez. Ansu es la luz contra la oscuridad de Bartomeu, lo que emerge entre las ruinas de la ciudad bombardeada, lo joven ante lo decrépito, la única alegría de una afición asqueada. Читать дальше...