La peluquera que rescata a Carla: de la prostitución al mundo de la belleza
Una silla en la peluquería es el altar de Carla. Cuando una señora entra y pide un flequillo de lado, unos tirabuzones o un baño de tinta para las canas, ella escucha atenta dentro del local desde una mesa arrinconada. No atiende ni opina, pues no es empleada, aunque allí se pasa horas y horas desde hace varios años. Algunos días se acerca sin más y otros se queda tras su corte; a menudo escucha cuidadosamente los trucos de la dueña y piensa en cómo los aplicaría. Espera con ansia una invitación... Читать дальше...