Preocupación en la industria, que achaca la merma del sector a la pérdida de competitividad y a la falta de inversión
La producción industrial se contrajo en España un 0,8% en 2023 tras dos años de crecimiento en plena recuperación frente al parón provocado por la pandemia. Este debilitamiento del sector se enmarca en un clima de estancamiento económico imperante en Europa, marcado también por la incertidumbre en torno al conflicto en Oriente Próximo y con la guerra de Ucrania todavía como telón de fondo. No obstante, pese al complejo panorama, tres de cada cuatro profesionales del sector consideran que la desaceleración de la industria no se debe a la coyuntura actual, sino que responde a causas estructurales mucho más profundas. La mayoría apunta a una pérdida de competitividad y a la falta de inversión.
El Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (COGITI) ha presentado este jueves su VII Barómetro Industrial 2023, una encuesta elaborada en colaboración con la Fundación Caja de Ingenieros que toma el pulso del sector a partir de las percepciones de 3.000 profesionales. En términos generales, uno de los aspectos que más preocupa a los ingenieros técnicos industriales es el debilitamiento estructural de la industria en España, aunque apenas un 29,2% considera que la situación actual es mala o muy mala. «Hay una mejora de la percepción por parte de los profesionales, pese a que aprecian problemas estructurales en el sector», ha aclarado el presidente del COGITI, José Antonio Galdón, que ha intervenido junto a la coordinadora del estudio, Mónica Ramírez.
Tan solo un 26% de los entrevistados cree que la contracción del sector en 2023 es coyuntural y ha estado motivada por factores como la formación de Gobierno o la desaceleración de la demanda externa. Aun así, un 55% de los encuestados cree que el conflicto palestino-israelí supondrá un freno para el tejido industrial en España, por la inestabilidad y el alza de precios en el sector energético.
En concreto, el 53,12% de los entrevistados achaca la pérdida de peso de la industria en el PIB español a una pérdida de competitividad, mientras que un 30,26% señala a una falta de inversión en el sector. Son muchos menos los encuestados que atribuyen la merma del sector al estancamiento de la economía (8,65%), a la falta de trabajadores cualificados (3,88%) o a los altos costes y la incertidumbre del sector energético (3,61%). El sector se muestra dividido en cuanto a la forma de afrontar las inversiones extranjeras: un 41% piensa que habría que endurecer el control y un porcentaje similar opina que la regulación actual es adecuada.
Una situación heterogénea
Según los últimos datos del INE correspondientes al último trimestre de 2023, la industria representa el 15,3% del PIB nacional, una cifra alejada del 20% que la Unión Europea había marcado como objetivo para 2020. «La industria manufacturera muestra un comportamiento similar al del PIB, mientras que el resto de las industrias (extractivas, energéticas y de suministro de agua y actividades de saneamiento y residuos) ha experimentado una caída muy pronunciada», matiza sobre la evolución del sector en los últimos años el informe Una perspectiva económica de la situación de la industria en España, elaborado por el Consejo General de Economistas de España (CGE) en paralelo al Barómetro Industrial.
La contribución de las distintas comunidad autónoma a la producción del sector industrial a nivel nacional es heterogénea. Tal y como refleja el informe del CGE, Cataluña es la comunidad autónoma que más aporta al sector industrial nacional con un 21,68%, seguida por Madrid, Andalucía y Valencia, cuya contribución ronda el 11-12%. En el extremo opuesto, Baleares, Canarias, Cantabria, Asturias, Extremadura y Rioja contribuyen en menos de un 2,5%.
A nivel europeo, España ha mantenido en los últimos años su posición dentro del sector industrial, aunque ha sufrido desde la pandemia una recuperación más lenta que el resto de grandes economías. El país ibérico se mantiene en el sexto lugar en número de empresas (7,85% del total europeo), el cuarto en volumen de cifra de negocios (6,46%) y el quinto en número de trabajadores en el sector industrial (6,8%). «La recuperación de la industria española está siendo más débil de lo que se podría esperar, incluso muestra señales de ralentización», ha apuntado en la presentación del informe Valentín Pich, presidente del CGE, que ha intervenido junto al director del Servicio de Estudios del CGE, Salvador Marín.
Nueva ley de industria
Como solución para impulsar la industria española, el 81,57% de los encuestados apunta a que se debería generar un tejido industrial manufacturero en torno al sector energético, facilitando como primera medida el acceso a las materias primas necesarias. Además, casi el 76% de los encuestados considera que el sector industrial podría ser un eje estratégico para revitalizar la España vaciada, rica precisamente en recursos naturales. En ese sentido, el 80% de los ingenieros entrevistados ve necesaria una nueva ley de industria, en la que se incluyan precisamente programas específicos para zonas despobladas.
La renovación de ley de industria es uno de los compromisos para este año del Ministerio de Industria y Turismo. «No se puede dilatar más en el tiempo, es necesario contar con un nuevo marco normativo que recoja la situación actual de la industria en España», ha expresado Pich en la presentación del barómetro, una reclamación en la que han coincidido el resto de expertos.
La ley no es la única tarea pendiente del departamento encabezado por Jordi Hereu. El director general de Estrategia Industrial y de la Pequeña y Mediana Empresa del ministerio, Jordi García, ha reconocido en la rueda de prensa organizada por COGITI y CGE la necesidad de un mayor esfuerzo de comunicación a la hora de divulgar el acceso a los fondos europeos y a los PERTE. A pesar de la inyección de los últimos años, el estudio presentado este jueves apunta a que el 53,73% de los encuestados está descontento con los incentivos a la industria puestos en marcha por parte de la administración.