Josu Jon Imaz también apuesta por las “palancas” para el futuro de Repsol
Repsol presentó este jueves su plan estratégico hasta 2027. El consejero delegado, Josu Jon Imaz, destacó el enfoque renovado de la compañía centrada ahora en convertirse en una empresa multi-energía orientada al cliente. Imaz subrayó la importancia de este desafío y describió las líneas clave que Repsol implementará para lograrlo.
En su discurso, Imaz hizo hincapié en la necesidad de utilizar unas “palancas” para impulsar la transformación de la empresa. Según el informe que se distribuyó al principio de la presentación, Imaz se refirió a la digitalización, la innovación, la gestión estratégica del talento y las nuevas formas de trabajo como las palancas fundamentales que Repsol empleará para alcanzar sus objetivos.
El término hizo pensar a algunos de los presentes en las “palancas” a las que ha recurrido la directiva del F.C. Barcelona, encabezada por Joan Laporta, para mejorar su situación económica y poder fichar jugadores.
El F.C. Barcelona se enfrenta a desafíos financieros complicados. Eso ha provocado que se popularice el término “palancas”, que utilizó el consejero delegado de Repsol para explicar cómo la empresa energética afronta de manera proactiva los retos y aprovechar las oportunidades en un mercado energético en constante cambio.
El Fútbol Club Barcelona optó por la venta progresiva de parte de su patrimonio para asegurar su estabilidad económica. Esta táctica, que ha sido implementada en otros ámbitos, tiene como objetivo principal sanear las cuentas del club, enfrentando así las dificultades económicas que lo aquejan.
Las palancas financieras utilizadas por el Barcelona ha incluido la venta de derechos televisivos, ingresos por merchandising y la comercialización de productos oficiales del club. La piedra angular de esta estrategia ha sido la disposición de activos del club y la virtual hipoteca de futuros ingresos, permitiéndole obtener liquidez inmediata y así posicionarse con mayor autoridad en el mercado.
Este sistema ha demostrado ser efectivo para el Barça. En el año 2022, la política de venta de activos generó ingresos por un total de 900 millones de euros, proporcionando al club el impulso financiero necesario para mantenerse competitivo y solvente en un entorno deportivo y económico cada vez más exigente.