Con la energía del sur y el magnetismo de su música, Antoñito Molina desató una noche mágica en Sevilla, en el marco de su gira 'A la Aventura' que recorrerá más de una veintena de ciudades de toda España. El público sevillano, conocido por su pasión y su amor por la música, recibió al cantautor gaditano con los brazos abiertos, ansiosos por dejarse llevar por sus letras y su ritmo contagioso. El inicio del concierto se vio retrasado 20 minutos debido a las retenciones de tráfico que se produjeron a la entrada del recinto, aunque la organizadora avisó a los asistentes de este imprevisto a la hora planeada del comienzo del espectáculo. Pero esto no frenó a los sevillanos que desde que salieron los músicos los recibieron con gran efusividad. Del mismo modo, el público abrazó al gaditano cuando apareció del neón en forma de furgoneta que adornaba el centro del escenario para interpretar 'La aventura', primera canción de la noche que vino acompañada de una lluvia de confeti. El escenario se iluminó con la promesa de una velada inolvidable. Los seguidores de Antoñito, fieles y emocionados, aguardaban ansiosos su aparición . Y, como un torbellino de emociones, recompensó la espera. 'Supongo' fue el siguiente tema del repertorio, regalando uno de los momentos más emotivos de la noche, ya que Molina la cantó a dúo con el público, pero los bailes volvieron rápido con 'Te comes por dentro'. El cantante se mostró incrédulo ante la gran afluencia de público que se encontraba reunido «no hay palabras ni letras que describan lo que estoy sintiendo», reconoció emocionado el gaditano. En todo momento Antoñito Molina estuvo muy cercano con el público, sobre todo con esos fans más pequeños que le hicieron llegar regalos. Un baile de emociones La fiesta estaba asegurada con 'Vivir conmigo' canción con la que el compositor se atrevió a tocar la trompeta, aunque recurrió a ella en varias ocasiones durante la noche, y con 'Hubo un tiempo', una de las canciones más cantadas de la noche. Aunque sin duda el momento más especial de este concierto fue cuando Pastora Soler apareció en el escenario para cantar junto a él 'No le digas más a nadie', en una colaboración marcada por la admiración mutua que se procesan. La coriana aprovechó el momento para sorprender al gaditano con su disco de oro, siendo este el pretexto perfecto para que Antoñito Molina se acordara de su madre y le dedicara 'Suéltate el pelo'. Un mar de globo de colores volaron por toda la platea con 'El club de los soñadores', tema que ponía punto y final a una primera parte del concierto. Tras una breve pausa y un cambio de vestuario, el gaditano volvió al piano con 'Yo soy pa' ti', para regalar a los asistentes a este tema en acústico, aunque los cinco músicos de la banda volvieron para seguir con 'Me estoy volviendo loco', o 'Y te voy a querer', canción con la que el público iluminó el escenario con las linternas de sus teléfonos. Una noche de ensueño Durante toda la velada, Antoñito Molina demostró su pasión desbordante y su entrega total al arte de la música. Su voz, llena de matices y sentimiento, envolvió al público y lo transportó a un mundo de emociones, creando un concierto que tanto el artista como la ciudad llevaban mucho tiempo esperando. A lo largo de la noche, Antoñito Molina deleitó a la audiencia con una selección de sus mejores canciones, desde las más nostálgicas hasta las más enérgicas. Cada nota, cada palabra, era un viaje a través de la vida del cantautor gaditano, con sus alegrías, sus amores y sus sueños. Canciones como 'Ya no me muero por nadie' y 'El hombre de la carpeta' resonaron con fuerza en el corazón de todos, mientras el público se entregaba por completo al ritmo y la pasión de la música de Antoñito Molina que desde hace días ha mostrado a través de sus redes sociales la ilusión que le generaba este concierto y los nervios con los que lo afrontaba. Encarando ya la recta final del concierto, el compositor se unió al público para interpretar 'Laberinto', en ese momento, el escenario se convirtió en una auténtica fiesta, donde los seis artistas que pisaban las tablas y espectadores se fundieron en una misma energía. Y así, entre aplausos y ovaciones, llegó el momento del broche final. Con 'Por si mañana', el gaditano cerró la noche en Sevilla con un e spectáculo deslumbrante y emotivo, dejando a todos los presentes con el corazón lleno de música y el alma llena de sueños. Sin duda, este club de soñadores que ha vivido la aventura de Antoñito Molina siempre recordará que disfrutaron de un concierto en el que los sueños se hicieron realidad.
