PhotoESPAÑA desembarca en Valladolid con tres propuestas de jardines y paisajes imaginarios
El «paisaje como construcción» es el invisible hilo común que une las tres exposiciones con que PHotoESPAÑA desembarca este año en Valladolid. Hasta el 7 de julio podrán contemplarse las propuestas de Cristina Garrido, Juan Millás y Cristóbal Ascencio , que con sus diferentes proyectos «regeneran la idea del paisaje», según ha explicado en la ciudad la directora del certamen, María Santoyo. «Son exposiciones muy cuidadas, preparadas con mucho mimo, de tres artistas que no dejarán de sorprender al público que no les conozca y que esté interesado por la creación emergente», subrayó. 'El color local es un invento extranjero', de Cristina Garrido, abrió sus puertas en la Iglesia de Las Francesas, donde la artista madrileña despliega una serie de «pantoneras» extraídas de diversos lienzos del Museo del Romanticismo, que reflejan desde desiertos egipcios hasta campos de batalla europeos, con las que invita a reflexionar sobre cómo «el paisaje en el que nacemos y crecemos modela nuestra forma de hablar y de comunicarnos». Según ha detallado en declaraciones recogidas por Ical, comenzó a trabajar en esta serie en plena pandemia, tras repensar las emociones que le suscitaba una estancia que había tenido en 2018 en Holanda: «Me hizo darme cuenta de la impronta que me dejaba ese cielo que era tan distinto al de Madrid, al que estaba acostumbrada, y como eso me afectaba», explicó. Con su proyecto, Garrido profundiza en cómo algunos pintores, de Goya a Hopper, pasando por Antonio López o Carlos de Haes, recogen la «experiencia humana frente al paisaje», explicó la artista, que recalcó su interés en reflexionar sobre la mirada, el entorno, la subjetividad y los reflejos. Sobre esa muestra, Santoyo ha apuntado que se trata de «un trabajo muy delicado, que trasciende la reflexión pictórica para pensar sobre cómo construimos nuestras identidades socioculturales, que tienen que ver con la política, con la geografía, con la geoestrategia, pero también a través de todo el bagaje cultural acumulado», algo que en esta muestra se presenta «en forma de 'pantonera', representando metafórica y taxonómicamente ciudades o países a través del color del cielo que han plasmado los pintores a lo largo de la historia». «A veces vemos cielos distintos y poco reales de ciudades bien conocidas por nosotros. Este trabajo esconde mucha reflexión acerca de la relación de nuestra civilización occidental con el paisaje», ha añadido Santoyo, antes de aclarar que es «la primera vez» que se reúne «una gran parte» de la serie de Garrido, completada en Valladolid con una instalación sonora donde evoca el origen animal o vegetal de los pigmentos utilizados por los pintores clásicos, con la que lanza la idea poética de que la pintura es fruto de la propia mezcla literal de paisajes que realizaban los pintores en sus paletas. En San Benito, Juan Millás propone 'El bosque en los ojos', «una serie magnifica que apela a una visión intimista y emocional, con pequeñas metáforas visuales acerca del paisaje en un entorno muy íntimo, relacionado con su esfera familiar, que nos apela a todos, para relacionarnos con la naturaleza de una manera muy poética, con un ensamblaje exquisito y muy delicado», en palabras de Santoyo. Cristina Garrido, Cristóbal Ascencio y Juan Millás, participantes en la programación de PHotoEspaña 2024 en Valladolid ical El propio Millás ha apuntado que la estructura y dimensión de la sala le ha permitido «entrelazar» diferentes trabajos, series y proyectos que ha ido creando desde 2017 y que esconden «vínculos entre sí». «Están todas atravesadas por temáticas comunes: la naturaleza, lo familiar, la literatura naturalista o lo pequeño como posibilidad creativa, como un espacio de trabajo y una posibilidad de proyectar una mirada hacia lo cercano», explicó. Además, la muestra incluye algunos trabajos que realizó para 'el País Semanal' y una serie de fotomontajes que ejecutó durante el confinamiento, donde la naturaleza se superpone con espacios domésticos. Por último, en la verja exterior del Campo Grande en la Acera de Recoletos cuelgan las obras que conforman 'Las flores mueren dos veces' , del mexicano afincado en España Cristóbal Ascencio, «una revisión de un paisaje emocional, muy personal, vinculado con un suceso familiar difícil, que le invitó a recrear un jardín que había sido real pero también proyectado, combinando fotografías con medios tecnológicos hasta componer paisajes virtuales», con los que generaba «un ámbito imaginario y a la vez profundo y en cierto sentido sanador», que ahora «dialogará con el propio Campo Grande», ha expuesto Santuyo. Noticia Relacionada estandar Si Elliott Erwitt, el fotógrafo callejero que convirtió en extraordinario lo ordinario Natividad Pulido La Fundación Canal exhibe 135 copias de época de uno de los miembros más destacados de la agencia Magnum Ascencio explicó el origen de su serie, y recordó cómo cuando él tenía quince años su padre falleció. No fue hasta quince años después cuando descubrió que, en realidad, había sido un suicidio, a partir de lo cual decidió investigar cómo podía comunicarse con él para «seguir adelante con esa relación que se había visto cortada». «Decidí seguir a través de las plantas, volví a México e investigué qué plantas que él había sembrado seguían vivas. Las fotografié y modelé en tres dimensiones para poder después construir mis propios jardines virtuales, y ahora en Valladolid se exponen diferentes especies que existen en jardines de México y algunas composiciones de estos jardines imposibles que hice a partir de ellas», relató.