La Habana Vieja y su ropa en los balcones
Soñar la ciudad, ofrecer las primeras señales de cambio implica dar un primer paso a través de un arduo camino. Conceder la más amplia divulgación a lo posible, sin enmascarar la realidad, es también un paso necesario. Porque, para avanzar o para juntar voluntades, los seres humanos tenemos que fijar la mirada en un horizonte que, como la vida misma, será siempre movible.