Genealogía
FUE el primer Día del Padre en el que no pude llamar por teléfono al mío para felicitarlo. Por eso estuve, pienso, todo el día raro, de pésimo humor. En mi cabeza resonaba todo el tiempo esa frase letal que Leonard Cohen desliza en uno de sus temas más célebres: «Es el Día del Padre y todos estamos heridos». Por la tarde, en las noticias deportivas, un padre y un hijo se decían cosas horribles delante de una sala atestada de gente, ante decenas de flashes y cámaras de televisión. «Recuerda que ahora eres hijo y también eres padre. Читать дальше...