De un tiempo a esta parte, la derecha española parece un chiste de pijos: Cayetana Alvárez de Toledo deja la portavocía del Partido Popular en el Congreso en manos de Cuca Gamarra; sólo falta que aparezca en cualquier momento algún Borja Mari. Estamos en el tiempo de los cayetanos, en el que de nuevo la juventud vuelve a arriar el poster del Ché y el grabado del Guernica, por una bandera con el pollo o el retrato de un banquero. Esta globalización neomedieval bien merece que se llene, como así ocurre... Читать дальше...