Son las 10 de la mañana en la calle Eulogio Solano de la ciudad de Murcia y decenas de personas esperan ya frente a una gran puerta en la que se puede leer Comedor Social de la fundación Jesús Abandonado. Gente de distintas edades, sexos y nacionalidades hacen tiempo, ya sea de pie o sentados, mientras salen a recibirlos. "Todas estas personas vienen a recoger la bolsa de alimento que entregamos diariamente de 11.30 a 12.15", cuenta Amparo García, una de las trabajadoras sociales que forma parte de la plantilla de la fundación ...