Botón de emergencia en Grandes Ligas
A menos de dos semanas del inicio de la campaña 2020 de las Grandes Ligas, La Americana y La Nacional, se están cumpliendo augurios en cuanto a incremento en número de peloteros positivos a pruebas de coronavirus, que sumado a los beisbolistas contagiados durante la pretemporada, brinda justificación a quienes decidieron no participar para evitar el riesgo de contaminarse ellos y sus familias.
Se advirtió oportunamente la fragilidad de protocolos y estrategias sanitarias, ya que no obstante se presumía rigurosidad, se ha visto que muchas de esas medidas resultan infructuosas, inútiles y/o laxas.
Y es que vale cuestionar : ¿De qué sirve se eviten saludos o los famosos choques de mano festejando jugadas o anotaciones?, ¿Qué de útil realmente resulta el se evite el intercambio de papeletas con los line ups entre managers, o la proscripción de visitas al pitcher tanto de cuerpo técnico como peloteros para supuestamente evitar la cercanía insana? ¿De qué sirven realmente medidas ligeras como esas si no existe protección fundamental como el guarecimiento entre bateador, receptor y umpire, situados inexorablemente a menos de seis pies de distancia entre ellos?. ¿Para qué sirve no haya presencia de fanáticos en estadios buscando evitar contaminación viral entre el público o por los aficionados hacia beisbolistas, cuerpo técnico y autoridades en campo si los peloteros no usan mascarilla y es muy común, al menos en el infield, la cercanía entre beisbolistas que custodian bases y los corredores? y, ¿de qué sirve exista normativa para cuidar distancias entre peloteros y su cuerpo técnico además del uso de protección en nariz, boca y ojos en dugouts, si resulta tan evidente no se cumplen ?
Especial atención merecen las riñas entre peloteros, como la suscitada entre Dodgers de Los Ángeles y Astros de Houston en que al vaciarse las bancas obviamente no se preservó distancia sana por más que algunos tuvieran mascarilla.
Entonces, no se cumplen rigurosamente los protocolos y los que deberían ser imprescindibles no se acatan, de ahí que han cundido infectados y ha habido suspensión de cotejos por falta de garantías de seguridad sanitaria como en Filadelfia, Florida, y ya previsto en Nueva York, siendo muy probable seguirán ocurriendo inconveniencias ya que es evidente no se ha logrado detener el incremento de casos de infección en muchas zonas del vecino país del norte que son plazas beisboleras de Grandes Ligas y no amainará fácilmente.
Sigue latente la suspensión de más cotejos y esto sin duda viene a encender focos rojos ante una posible cancelación de la temporada de por sí ya accidentada en su inicio y corta en su duración al pasar de 162 a solo 60 juegos.
Hay que recordar que cuando se determinó la forma en que se desahogaría esta campaña quedó claro e alcance de la facultad irrestricta otorgada al comisionado Robert Manfred de la Major League Baseball (MLB) para que en el momento en que llegase a considerar necesario detener la temporada por riesgos a la salud y a la vida de peloteros, cuerpo técnico, autoridades deportivas e incluso público, pudiera frenar parcial o totalmente las actividades del calendario ordinario y obviamente también de la postemporada que está todavía en ciernes. Un mecanismo que pudiera semejarse al botón de emergencia que algunos gobiernos están contemplando para detener actividades en caso de acendramiento de índice de contaminación viral.
Al parecer no se está lejos de que las circunstancias de peligro se incentiven de ahí que esté latente la posible suspensión de la campaña como medida necesaria ya que los contagios siguen incrementándose, y no hay una determinación muy clara en cuanto a las acciones contingentes a asumir para ayudar a evitarlo, salvo la tímida propuesta de implementar ‘oficiales de cumplimiento’ para forzar el acatamiento de los protocolos.
Nadie en condición de cordura desea un colapso de la temporada más tampoco una andanada de daños graves a la salud comunitaria y muertes, debiéndose considerar además que las autoridades administrativas y sanitarias en cada ciudad y estado donde existen plazas beisboleras ligamayoristas también estarán monitoreando las condiciones de riesgo que se vayan presentando y podrían igualmente ordenar suspensión de actividades.
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