Vuelta al cole 2020: ¿Y si los padres se niegan a llevar a sus hijos a clase por miedo al Covid-19?
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Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (Amece)
, «de familias que tienen hijos con enfermedades raras o discapacitantes, que se manfiestan dispuestos a quedárselos en casa porque tienen verdadero miedo porque estos niños se contagien, debido a que son mucho más susceptibles de sufrir efectos secundarios o complicaciones».
Pero también, asegura la presidenta de Amece, «tienen miedo los padres de niños que no tienen ninguna patología -prosigue esta enfermera-, porque la realidad es que hay todavía mucho desconocimiento sobre cómo actúa este virus según el tramo de edad. Al principio se pensaba que los niños eran grandes transmisores, no parece que lo sean. También parecía que no lo padecían, y sí que lo padecen, aunque en menor proporción que las personas mayores, pero lo padecen, y el resto de la población lo mismo. Resulta todavía muy desconocido, y de las medidas que se conocen, distancia de seguridad, mascarilla y lavado de manos, lo más aplicable en un colegio es el lavado de manos porque lógicamente la mascarilla y el distanciamiento para los niños pequeñitos es muy difícil».
Transmisión comunitaria
Además, prosigue López Langa, «la situación ahora mismo, a mediados de agosto es de transmisión comunitaria en la mayoría del territorio nacional (en concreto en la Comunidad de Madrid, Aragón y Cataluña). Y si piden respetar aforos determinados y respetar la distancia de seguridad en sitios de gran confluencia, como pueda ser un restaurante, o un concierto… ¿qué va a ocurrir en los colegios, donde no hay posibilidad de que se desdoblen los espacios físicos, independientemente del profesorado o de personal de atención?», se pregunta.
Lo que dice la Ley
La educación en nuestro país es obligatoria desde los 6 hasta los 16 años y estas familias podrían tener problemas legales, porque en nuestro país no está regulada la educación en casa (conocido también como Home Schooling). De hecho si estos padres deciden no llevar a sus hijos al colegio , deberán tener en cuenta que, según dicta el protocolo de absentismo escolar de la Comunidad de Madrid (cada comunidad tiene su protocolo), estarán «haciendo dejación de las responsabilidades que les son inherentes». Una vez detectada la conducta absentista (si faltan el 20% del mes), el centro escolar está obligado a intervenir y, si no hay respuesta por parte de la familia, el colegio tiene obligación de derivar el caso a la Comisión de Absentismo para que haga una valoración e intervención. Si sigue sin existir respuesta por parte de la familia, entonces se derivaría a la dirección general de la Familia y el Menor», explican.
La situación actual, de incertidumbre
Aunque los centros escolares manifiestan que siguen sin instrucciones y que la vuelta al cole de septiembre no está nada clara: «las normas que se han publicado son de máximos y muy complicadas de seguir. Los colegios no son quirófanos, ni oficinas bancarias. Las propuestas que hay hasta el momento son inviables», advierte Antonio Adánez, director del CEIP Julián Marías. Además cerrar los colegios, anticipa Juan Chavarri, secretario general de CECE-Madrid, «es la peor opción. Lo venimos diciendo desde hace meses. Debemos confiar en que cada uno haga su trabajo como corresponde. Las escuelas llevan muchísimo tiempo trabajando para que todos puedan incorporarse en las mejores condiciones de seguridad. La clave debe ser transparencia e información para que las familias puedan contribuir a su confianza».
«Las aulas tienen que reabrir», corrobora Adánez, «y deben seguir enseñando dos cosas básicas: a socializar y a dominar la lectorescritura». «Esperamos que haya la máxima coordinación entre Educación y Sanidad para poder actuar con eficacia dentro del ámbito escolar y generar la confianza que las familias necesitan», añade Chávarri. «Es importante contribuir a una buena sintonía entre familia, profesorado y escuela. Porque es difícil que en un colegio de 1000 alumnos, por poner un ejemplo, no haya en todo el año ni un solo positivo. Por eso, además de ser exigentes en cumplir la normativa de prevención, es importante que haya protocolos claros que permitan delimitar las áreas de contacto cuando haya un positivo», concluye el secretario general de CECE-Madrid.