La fuerza y el coraje tienen nombre de mujer
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Madrid ha sido, es y será motor económico de España. Ahí están los datos encabezando el PIB o los de creación de nuevas empresas. Estamos sufriendo como nadie las consecuencias del Covid, pero poniendo ya las medidas para generar confianza y volver a reactivar nuestra región. Para eso necesitamos a todos los sectores de nuestra comunidad, así como la sociedad civil, porque gobierno para liderarlo tenemos y no podría ser mejor. El acuerdo de investidura con Ciudadanos ha sido bueno para los madrileños, porque da continuidad a lo mejor del proyecto del Partido Popular durante los últimos 25 años, generando prosperidad, confianza y seguridad. Un compromiso refrendado recientemente por sus impulsores y que lidera la presidenta Isabel Díaz Ayuso.
Pero reconozco que esta necesaria unión de voluntades estará incompleta si no se suman los grupos de la oposición. Pero llevamos demasiados meses esperando y la paciencia tiene un límite. No me cansaré de repetirlo. La izquierda madrileña no ha hecho nada por ayudar a acabar con el virus, sino que ha utilizado el virus para tratar de acabar con el Gobierno y especialmente con su presidenta. Ahí está la hemeroteca. Pero lamentablemente no es nuevo. Llevan así desde el 14 de enero de 2019. Desde que fue designada candidata, Ayuso se tuvo que enfrentar a una insidiosa y machista campaña de desprestigio por parte de una izquierda que creía tocar la Puerta del Sol con los dedos. No acabó ahí. Tras las elecciones autonómicas, esa misma izquierda autoproclamada feminista, ahondó en cuestiones personales para dañar el honor de Ayuso y su familia. Había que intentar que la mayoría de centroderecha que se expresó en las urnas no fraguara en un Gobierno. No estaban solos. La izquierda política tenía a su lado a una izquierda mediática que se pasó la deontología profesional por al arco del triunfo. Todo para acabar con una mujer que representa las ideas que comparten la mayoría de madrileños y contra las que esta izquierda combate. Pero tampoco acabó ahí, y si los primeros 6 meses de Gobierno, esa izquierda ha seguido con el ataque adhomine, los siguientes 6 han servido para demostrar que, aún sola, Madrid con un Gobierno solvente y una presidenta volcada en los madrileños, es capaz de afrontar cualquier reto. Por eso digo que esta pandemia ha servido para muchas cosas. También para ver la talla política y humana de la izquierda madrileña. Centrada en difundir bulos, en llamar asesina a la presidenta, cuando no en orquestas campañas infames usando a los profesionales sanitarios o el legítimo dolor de los familiares de mayores de nuestras residencias. Cualquier cosa menos echar una mano en esta crisis. Y ahí está el reto, que alguien me ponga un ejemplo de apoyo explícito y público a una sóla medida del Gobierno Autonómico por parte de la izquierda madrileña. Se lo adelanto al lector, no lo encontrará. Lo que vimos y estamos viendo estos días, es a esa misma izquierda política y mediática (sí, juntas) cuasi deseando una desgracia para poder arrojarla a la cara de Ayuso. No pasa nada -más allá del lamento- si hay grandes brotes en residencias de mayores de Aragón, o si Cataluña, Navarra u otras regiones tienen peores números en esta delicada etapa, que si hay un dato mínimamente preocupante lo colocarán en el centro del debate político. Pero qué podemos esperar, si hay quienes dedican más tiempo a criticar donde se toma una caña la presidenta que al hecho de que un de los partidos del Gobierno de España esté imputado por corrupción.
Pero si difícil ha sido lo vivido, lo que viene no será mucho mejor. Tras una crisis sanitaria, pendiente de cerrar en toda España, tenemos una crisis económica y social sin precedentes. Pero también un clima político en el que nuevamente la izquierda madrileña hará lo único que sabe hacer: atacar. Ojalá me equivoque, pero creo que el próximo curso política la izquierda elevará el tono del ataque, el insulto y la insidia. Y no, no será por una legítima crítica a la gestión del Gobierno de la Comunidad, sino que atacar a la Comunidad es la mejor manera de tapar sus propias vergüenzas. Los errejoners, porque cada día son menos y sólo les queda el altavoz de lo que pudieron ser y nunca serán. PODEMOS porque atacar a Ayuso es una manera de no hablar de la condena que pesa sobre su portavoz, a la que se une la imputación de su pareja en la causa por corrupción del partido de Iglesias. Y el PSOE porque debe demostrar que a bronco y zafio no le gana nadie, aunque para ello deban tapar o despreciar a un respetable adversario como es el Sr. Gabilondo.
Por eso mismo, y sobre todo por Madrid y los madrileños, quienes nos pusimos de acuerdo para tener Gobierno en Madrid, debemos tener claro el rumbo, el objetivo y los adversarios. Vienen a por nosotros, vienen a por Madrid. Y van contra todo y contra todos. Durante este tiempo, en el que ha podido haber legítimas diferencias con Ciudadanos o con Vox o entre ellos, la presidenta Isabel Díaz Ayuso ha sido capaz de ir tejiendo acuerdos y alianzas, mientras demostraba una fuerza y un coraje para hacer frente a nuestros adversarios. Ojalá pudiéramos llegar a acuerdos con ellos. Difícil hacerlo cuando con una mano te ofrecen reconstruir y con la otra sujetan un puñal para clavártelo por la espalda. Por eso, quienes defendemos un Madrid en libertad, emprendedor, de vanguardia, que apueste por la fiscalidad baja, por el emprendimiento, pero también con un marcado carácter social, debemos estar unidos. No es tiempo de aprovechar las circunstancias para imponer agenda propia, es tiempo de tener claro el rumbo acordado y aunar fuerzas. Porque somos mayoría, porque tenemos razón y porque, no es que representemos lo que la izquierda quiere destruir, sino que somos los garantes de lo que los madrileños quieren mantener. Sigamos avanzando.