De «lluvia dorada» a «negocios turbios»: los escándalos que promete revelar el exabogado de Trump
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El letrado, condenado a de tres años de cárcel en 2018 tras declararse culpable de delitos como mentir bajo juramento ante el Congreso y pagar por el silencio de dos mujeres con las que Trump tuvo relaciones extramatrimoniales, promete ahora revelaciones escandalosas y cargadas de morbo. En su página web ha avanzado el prólogo del libro, titulado «Disloyal» (Desleal), en el que avanza historias sobre el presidente estadounidense que incluyen desde «lluvias doradas en un club de sexo en Las Vegas a fraude fiscal y acuerdos con funcionarios corruptos de la antigua Unión Soviética».
Cohen se jacta de haber tenido acceso privilegiado a Trump, al que define como un hombre sin verdaderos amigos y que se fiaba tanto de su abogado, sostiene, que el presidente tenía los contactos de su telefóno sincronizados con el suyo.
«Fui testigo del hombre real, en clubs de estriptis, reuniones de negocios turbios, y de momentos espontáneos en los que revelaba quién era realmente: un timador, un mentiroso, un defraudador, un abusón, un racista, un depredador, un estafador», avanz Cohen en su prólogo.
«Engañé a contratistas en su nombre, timé a sus socios de negocios, mentí a su esposa Melania para esconder sus infidelidades sexuales, y acosé y grité a cualquiera que amenazara el camino de Trump hacia el poder», reconoce.
El polémico episodio con prostitutas en Las Vegas
El episodio de Las Vegas, del que el abogado no da más detalles en este avance del libro, evoca lo recogido en un polémico dosier elaborado por el exespía británico Christopher Steele, según el cual Trump hizo que prostitutas urinaran en una cama donde habían dormido el expresidente Barack Obama y su esposa Michelle. Trump negó la historia y el exdirector del FBI James Comey dijo simplemente sobre su veracidad: «Es posible, pero no lo sé».
Michael Cohen salió de prision el pasado mes de julio para cumplir el tiempo de condena que le quedaba en arresto domiciliario, aunque estuvo a punto de no poder hacerlo. Se le obligó a firmar un documento en el que se debía comprometer a no publicar ningún libro durante el resto de su pena. Él se opuso y los funcionarios lo volvieron a enviar a la celda. Según informa «The New York Times», tuvo que intervenir un juez federal, que estableció que esa prohibición era una venganza por parte del Gobierno y ordenó que se le mandara a casa.