Lo acaba de decir el abuelito Soros en una entrevista: «Aquello que en una situación de normalidad sería inconcebible, no sólo se vuelve posible, sino que de hecho ocurre cuando la gente está desorientada y asustada». Y pocas personas conocen mejor las reacciones de la gente asustada y desorientada que el abuelito Soros, que -como él mismo reconoce en la misma entrevista- amasó su inmensa fortuna estudiando la «compleja relación entre el pensamiento y la realidad»; es decir, sirviéndose de los efectos de la ansiedad y el pánico, que permiten a los especuladores pescar en río revuelto.
A cambiar esta «compleja realidad» se dedican los caniches al servicio del abuelito Soros y demás compañeros mártires de la plutocracia, que aprovechan el...
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