Médica de Celestino Córdova: “Aquí hay violaciones a los derechos humanos y transgresiones culturales gravísimas”
El Gobierno ha asegurado que hará todo lo que esté en sus manos para evitar un desenlace fatal de la huelga de hambre que lleva el machi Celestino Córdova desde hace 103 días, no descartando, incluso, la alimentación forzada. Para esto el Ministerio de Justicia, a través de Gendarmería, está evaluando la presentación de un recurso de protección que les permita intervenir en la salud de la autoridad ancestral mapuche, pero hasta ahora, todavía no ha ingresado ninguna acción de este tipo a la Corte de Apelaciones de Temuco, que ya falló en favor de la institución penitenciaria hace tan sólo algunas semanas.
Sin embargo, la posibilidad de que el Ejecutivo intervenga de alguna manera y obligue al machi a comer, por ejemplo, tiene bastante preocupado al entorno de Córdova, desde donde han solicitado constantemente que no se tome esta decisión, ya que la voluntad de su autoridad ancestral es que no hayan intervenciones de ningún tipo. No obstante, su situación de salud es crítica. Así lo admiten cercanos y también los profesionales que, día a día, monitorean sus signos vitales. Pese a ello, existen miradas distintas en cuanto al tratamiento que debe recibir.
Desde el primer día de huelga de hambre, Celestino Córdova no ha tenido un médico tratante único, sino que ha sido atendido por los distintos profesionales que van rotando en el Hospital Intercultural de Nueva Imperial. Sin embargo, quien lo ha acompañado especial y constantemente en este proceso de largos 103 días de ayuno ha sido la Dra. Leonor Olate, médica evaluadora y de confianza de la autoridad ancestral, quien conversó con Diario y Radio Universidad de Chile sobre su situación.
“Hablar de un médico tratante, en el caso de las huelgas de hambre, es un poco complejo porque los médicos cumplen un rol más bien de evaluación de la situación de salud. Sobre todo cuando una persona en su conciencia plena, privada de libertad en este caso, decide tomar una medida como la que él está tomando”, aclara al comienzo de esta entrevista.
– En las últimas horas ha tomado fuerza la opción de la alimentación forzada u otro tipo de intervención. ¿Cómo ve esa posibilidad?
Ese es el temor que tenemos, porque finalmente la Corte de Apelaciones de Temuco resolvió ya que eso se puede realizar, autorizó legalmente a Gendarmería y al personal de salud a intervenir forzadamente. Pero la posición en que estoy yo como médica evaluadora es la misma que planteó la declaración que hizo el Colegio Médico ratificando la Declaración de Malta y el Tratado de Tokio, dos declaraciones que se refieren a estas huelgas de hambre y al dilema bioético entre la autonomía y la beneficencia. Ahí se plantea claramente que la intervención forzada en una persona que está completamente consciente o que ha dejado por escrito su voluntad en caso de comprometerse de conciencia, se considera un trato inhumano y degradante. Por lo tanto, es una violación a los derechos humanos.
– ¿Consideran que se están violando los derechos humanos del machi?
El hecho de mantener a una persona que depende de su lugar espiritual para poder recomponerse, para poder estar bien, ya se ha planteado desde la vocería y la red de apoyo que significa una violación a su derecho a ser machi, a ejercer su mandato espiritual y su rol con que vino destinado al mundo desde la cosmovisión mapuche. Eso ya es una violación a sus derechos fundamentales.
Si nosotros los occidentales, chilenos o mestizos, como queramos decirlo, comprendiéramos eso y la gravedad que significa para un machi, porque estar lejos del rehue significa enfermarse. Además tenemos el contexto de la huelga, en donde se vulneran sus derechos por los tratados que le comentaba.
Sumado a todo esto, en el caso del machi no se le pueden tomar exámenes de sangre ni procedimientos invasivos, como poner suero, porque eso trasgrede también su ser, más allá de que él esté preso o no. Entonces aquí hay violaciones a los derechos humanos y, además, transgresiones culturales gravísimas que se producen por una no comprensión o no querer reconocer la cosmovisión de un pueblo que es totalmente distinta.
Hoy día llegar a intervenirlo de la forma que sea, contra su voluntad, va a significar un deterioro. Aunque nosotros como médicos creamos que ponerle un suero a una persona sea bueno, espiritualmente él se va a ver afectado. Eso es algo que si uno no lo comprende, va a dañar.
– ¿Cómo ve la postura del Gobierno en ese sentido?
Estamos en un estado de máxima alerta, en el sentido de que ya se agotaron los recursos legales con el rechazo que hubo en la Corte Suprema y queda todo en manos del Gobierno, las posibilidades de solución de este conflicto. Por lo tanto, obviamente, que tememos que se puedan realizar ese tipo de vulneraciones que para nosotros son gravísimas. No solo son graves porque vulneran los derechos humanos, siendo una forma de trato degradante e inhumano, y que además en el contexto de su cosmovisión lo trasgreden.
Además de eso, no está solucionando el conflicto que existe detrás y puede significar un agravamiento no sólo de su estado de salud, porque esta transgresión, por mucho que yo o cualquier médico pueda pensar que administrar un tratamiento a cualquier persona le va a hacer un bien, no se está considerando su condición de machi. Entonces, en ese sentido, respetando, entendiendo y aceptando eso, uno no puede intervenir. En el fondo nadie quiere un desenlace fatal, de ninguna forma, lo único que se quiere acá es poder solucionar las demandas y que él logre salir de esto en las mejores condiciones físicas.
Entonces este momento es realmente crítico en el sentido de que tenemos que estar en alerta permanente porque se va a tratar de intervenir a la fuerza, porque lamentablemente la disposición no ha sido al diálogo, sino a resolver los problemas con más medidas de fuerza, y eso va a agravar la situación de salud de la persona y también la conflictividad que existe. Entonces, la verdad es que no tiene ningún sentido ni ninguna explicación lo que está ocurriendo.
– ¿Qué piensan hacer al respecto?
Para nosotros esta es una preocupación grande y vamos a estar denunciando en el caso de que esas situaciones se produzcan. Tenemos que estar tratando de verlo y comunicarnos con él de manera constante, para poder asegurarnos de que no se está haciendo lo que él ya determinó que no se hiciera. Él dejó por escrito cuáles son sus deseos, incluso en el caso de una autopsia.
Él dijo que no quería que se realizara autopsia, que no quiere recibir medicina occidental de ningún tipo, ni oral ni ningún suero, si se compromete de conciencia tampoco ser intubado, tampoco ser reanimado. Está todo por escrito, que es como se hace, es parte de los protocolos.
– En este sentido y ante este escenario actual, ¿cómo proyectan los próximos días? ¿Temen un desenlace fatal?
La única proyección posible es que si no hay una salida efectiva a lo que se está planteando o, por lo menos, la apertura de un diálogo, la muerte es una posibilidad real en los próximos días. Eso no es una aseveración exagerada ni nada, es una posibilidad real, incluso interviniendo.
Esta es su sexta huelga de hambre y en las ocasiones anteriores se trató de intervenir, con un suero por ejemplo, y eso no produjo una mejoría en él, porque como el pueblo mapuche entiende también la salud y las personas como una integralidad, al violar su espiritualidad o transgredirla, su salud física también va a ser transgredida.
Entonces, honestamente, yo no veo salida positiva, por mucho que traten de hacer cualquier intervención forzada, a mí me parece que acá la disposición tiene que cambiar y el diálogo tiene que abrirse. No sólo por el machi, sino que por todos los presos políticos que hoy día se encuentran en las cárceles de Angol, Lebu y Temuco”.