Lo que no sabe “Sopitas” sobre los mantenimientos
Volvamos al lugar de las primicias. Esto significa estar listos para debatir sobre lo que somos y lo que comemos en el Bajío mexicano.
Les propongo entrar sin preocupaciones a la revisión de nuestra conducta humana, según Yuval Noah Harari, ya que: “El campo floreciente de la psicología evolutiva argumenta que muchas de nuestras características sociales y psicológicas actuales se modelaron durante esta larga era preagrícola. Incluso en la actualidad, nuestro cerebro y nuestra mente están adaptados a una vida de caza y recolección”.
Los expertos marcan que seguimos con la tendencia de los cazadores-recolectores. Allí habitamos todos y por ende buscamos el hartazgo “de comida de alto contenido calórico arraigado en nuestros genes”.
Entonces, ¿existe un modo de vida natural para el ser humano? La respuesta es doméstica y es no.
“Existen”, sigamos a Harari, “solo opciones culturales, con una asombrosa paleta de posibilidades”.
Una que vislumbramos por este Bajío es la «raspa de maíz» (pequeña mazorca de 3.5 cm. de alto con 7 hileras de nueve granos) que fue localizada en la comunidad leonesa de Cañada de Alfaro en los años setentas por el doctor Ezra Zubrow de la Universidad de Stanford.
Testigo de aquel hallazgo fue el arqueólogo Emilio Bejarano Erosa otrora delegado del INAH Guanajuato quien reveló para la revista León. Arte y Culturadirigida por Miguel Lara Rodríguez que la raspa de Zea Mays, tiene una antigüedad de más de 5 mil años a.e.c. similar a las localizadas en Puebla y Tamaulipas, que fueron sometidas al análisis del Carbono 14.
“Es la evidencia más antigua de la existencia del maíz que se tiene en el mundo, y por ello, podemos afirmar que el Municipio de León, es la cuna del cereal más importante del planeta”, apuntó el arqueólogo.
Es decir, en la panoplia de posibilidades, primero de la domesticación de plantas y animales, así como los asentamientos permanentes dados en 12 mil años a.e.c. y, segundo en la constitución de los primeros reinos, escritura y dinero, así como las religiones politeístas en 5 mil años a.e.c.
Así pues, “de manera directa o elaborada, más de la tercera parte de los alimentos del mundo moderno procede de las plantas de origen americano (Harlan, 1976). Eso significa riqueza en grande, pero también representa pobreza, miseria y explotación. (Warman, 1988; 1995).
Volvamos a preguntar: ¿qué tipo de mantenimientos requerimos en este tiempo de pandemia?
Aventuremos una respuesta: el maíz, la papa, el jitomate, el huatli (amaranto), etc. que son recursos del pasado: una sorprendente fuente de alternativas sin la consabidachatarraque consumimos.
Recordemos: “Los alimentos básicos son los cimientos de la comida y sobre ellos se construye la posibilidad de una dieta adecuada y balanceada, así como la de una comida sabrosa, gratificante, que hace del comer algo distinto del nutrirse y mucho más interesante”. (Warman, 1988; 1995).
Esto no lo sabe “Sopitas” y sus camaradas.
¡Sí a las tienditas!, pero sin ellos.
* POETA LEONÉS. EDITOR FUNDADOR DE GRUPO OCHOCIENTOS Y ACTUAL DIRECTOR DEL CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y ESTUDIOS LITERARIOS DE LEÓN (CIEL-LEÓN).