Bruselas apremia a Sánchez a usar ya el fondo de rescate
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Las previsiones que anticipan que la economía española se contraerá un 12,4% en total al cierre del año 2020, que son el peor dato de toda la UE, tienen en cuenta que a corto e incluso a medio plazo seguirá habiendo medidas de confinamiento de mayor o menor intensidad.
En la presentación de las previsiones de otoño, el comisario de Economía, el italiano Paolo Gentiloni, insistió en animar a los países que tienen mayores problemas, como es el caso de España o de Italia, a utilizar los mecanismos financieros que la Comisión ha puesto en marcha o los que ya existen, puesto que todavía no está aprobado el fondo de recuperación y las negociaciones entre el Parlamento y el Consejo avanzan poco y van por un camino muy rocoso.
El comisario recordó que cualquier país que necesite financiación preferente puede acudir a los créditos ordinarios en condiciones favorables del Mecanismo de Estabilidad (MEDE) que se constituyó para la anterior crisis financiera. Ese camino se caracteriza porque entonces era la única puerta a la que podían llamar los países que ya no tenían acceso al mercado y la contrapartida a ese dinero barato era la entrada de la famosa «troika» en la supervisión de la política económica y la gestión presupuestaria.
Ahora, Gentiloni asegura que los gobiernos que necesiten dinero «no deberían temer verse estigmatizados» por el hecho de figurar entre los peticionarios de ayuda al MEDE y que eso lo saben perfectamente las agencias de calificación. Con ese dinero podrían poner en marcha políticas activas para preservar el tejido industrial sin depender de la evolución de las negociaciones entre Parlamento y Consejo.
Sin embargo, el comisario reconoció que esas decisiones «no las tomamos en Bruselas» donde «seguimos confiando en la acción del Gobierno español para hacer frente a esta difícil situación». La aprobación del plan de recuperación sigue pendiente de las negociaciones entre el Consejo y el Parlamento, que tienen algunas prioridades incompatibles. En el Consejo, los países aprobaron a la vez el paquete del presupuesto plurianual para el periodo de siete años que empieza el 1 de enero y el plan de recuperación de 750.000 millones de euros de deuda emitida por la Comisión.
El Parlamento quiere que los países pongan más dinero para el presupuesto comunitario, algo que tal como va la crisis parece cada vez más ilusorio. Y entre los países, algunos como Polonia o Hungría, se niegan a que se instaure un mecanismo de garantía de respeto al Estado de derecho, algo en lo que está de acuerdo el Parlamento. En el mejor de los casos, el dinero del fondo de recuperación no será efectivo hasta entrado el año que viene, por ello Gentiloni sugería ayer al Gobierno que no espere a que se apruebe para acudir a los créditos del MEDE.
El hecho de que la intervención del Banco Central Europeo mantenga bajo control las primas de riesgo de la zona euro no implica que los países puedan financiarse a menor coste que el que obtiene el propio MEDE, que tiene una de las «triple A» más sólidas del mercado. El miedo a la condicionalidad tampoco está justificado, porque el dinero del fondo de recuperación también conlleva condiciones. El Gobierno ha llegado a decir que en todo caso le interesa más la parte de las subvenciones a fondo perdido que prevé el futuro fondo de recuperación, aunque este dinero también tiene condiciones.