Los canteranos recuperan la esencia. La historia se repite. Como sucedía en las épocas de Pirri, Benito y Camacho, como ocurrió en la era de Santillana, cuando el Real Madrid está en graves problemas surge el carácter de los jugadores que sienten más que nadie los colores, los formados en La Fábrica, como definió Di Stefano a Valdebebas, y el conjunto blanco reacciona. Se vio hace un mes en el Camp Nou, donde Valverde, Nacho, y Lucas destacaron en el triunfo por 1-3, y se ha vuelto a presenciar en Milán,
donde Lucas Vázquez, Nacho y Carvajal fueron los hombres más destacados del equipo de Zidane en la victoria ante el Inter, 0-2. En este mundo internacional del fútbol, donde se cambia de club y de país con tanta facilidad, son los hombres curtidos en la ciudad deportiva madridista los que imponen la garra en su equipo cuando más hace falta.
«Lucas y Nachete son un seguro de vida, sabemos que rendirán cuando estamos al límite», señala un profesional de la primera plantilla
Lucas, Nacho y Carvajal, que ayer se lesionó en un aductor y será baja durante dos semanas, representan el coraje que histórico del Real Madrid, echado de menos en diversos momentos. Especialmente destacados son los casos de los dos primeros canteranos, que comienzan cada temporada como teóricos suplentes y siempre acaban jugando. «Lucas y Nachete son un seguro de vida, sabemos que rendirán cuando estamos al límite», señala un profesional de la primera plantilla. Zidane valora mucho su aportación, su entrega, su disciplina. Son ellos, Lucas Vázquez y Nacho, los que recuperan el lema de «Zidanes y Pavones» para dar la cara por Zizou, ahora técnico, en las situaciones críticas.
El gallego y el alcalaíno son futbolistas alejados del foco mediático, desmarcados del protagonismo externo. Están centrados en ganarse un sitio en un once de figuras consagradas. El entrenador francés sabe que ambos lo darán todo en el campo y celebra que sean capaces de jugar en muchos puestos y de cubrirle las espaldas cuando ya no queda espalda. Lucas ejerce de lateral, de centrocampista y de extremo. Nacho, de central y de defensa por ambos flancos. No hay problema. Responderán en una u otra misión, que a veces cambian en el mismo partido, con una eficacia en la transformación que ningún otro compañero conseguiría lleva a cabo.
Zidane cuenta con ellos y se lo demuestra. Lucas acaba contrato en junio y el técnico quiere que renueve. Nacho finaliza en 2002 y su jefe también desea que amplíe su contrato. La crisis económica del coronavirus perjudica ambas situaciones, como obstaculiza otras renovaciones como la de Modric, porque ningún club sabe hasta cuando durará el «cierre del negocio» con los estadios vacíos, las taquillas con telarañas y el «merchandising» a medio gas.
Los dos canteranos han estado en el mercado los dos últimos años y al final se han quedado en el Real Madrid, porque no sobran, no estorban, todo lo contrario. Suman cuando el equipo está en negativo.
«Son casi imprescindibles»
El responsable deportivo de la primera plantilla ha descartado antes a otros hombres con mayor pedigrí pero mucha menor capacidad de trabajo que estos dos jugadores, que comenzaron en el club cuando eran niños y traducen el sentimiento de los colores en el campo. «Los dos se ganaron el puesto en los últimos años por delante de bastantes fichajes porque aportan el sacrificio que un equipo de este nivel requiere para obtener un equilibrio, son necesarios, le diría que casi imprescindibles», revela otro hombre de la casa. Estrellas como Bale y James nunca plasmaron ese compromiso y miren donde están unos, que costaron 91 y 80 millones, y donde Lucas y Nacho, que costaron un millón (por recuperarle del Español) y cero euros.
Su carreras han sido similares en el concepto. Empezaron cada curso como suplentes, pero sabían que el entrenador contaría con ellos, porque su rendimiento es regular. Lucas ha disputado 215 encuentros con el Real Madrid. Nacho lleva 202. En la campaña actual el gallego ha jugado en nueve ocasiones y el madrileño en cinco. Lo más importante para ambos es que han estado en los enfrentamientos decisivos, cuando el Real Madrid se jugaba demasiado, frente al Barcelona y el Inter. Titulares en los últimos envites, Villarreal y San Siro, hoy esperan mantener su rango frente al Alavés y seguir en el once ante el Shakhtar.
