Francia encabeza la apuesta ecologista con los reactores nucleares
Emmanuel Macron anunció el pasado mes de noviembre que Francia construirá seis nuevos EPR (Reactor de Potencia Evolucionado), tras confirmar que la energía nuclear es la energía más verde y ecológica y permite garantizar el 72% del consumo de electricidad nacional. Este modelo energético consolida a Francia como tercera potencia atómica mundial y segundo productor mundial de electricidad de origen nuclear.
«Por vez primera desde hace varias décadas, Francia construirá nuevos reactores nucleares, al mismo tiempo que continuaremos desarrollando las energías renovables», anunció el presidente francés, al tiempo que añadió: «La energía nuclear es la energía más limpia, más verde, más ecológica». El presidente además se comprometió a que con una importante inversión en la construcción de reactores nucleares de nueva generación, Francia podrá estar a la altura de sus compromisos ecológicos internacionales contraídos en Glasgow en la COP26.
Macron se limitó entonces a dar su espaldarazo institucional al proceso de renovación del parque de centrales y reactores nucleares, en estudio desde varios años.
Francia tiene hoy dieciocho centrales nucleares y cincuenta y seis reactores atómicos. Se trata de un parque energético nacional que tiene varias décadas de historia y está necesitado de renovación. Hace cuatro años, el ministro de la transición ecológica, Nicolas Hulot (ecologista histórico), y Bruno Le Maire, ministro de economía (conservador), elaboraron la matriz del plan que se propone lanzar Macron con 47.200 millones de euros de inversiones estatales.
Se trata de un proyecto nacional, aprobado por la segunda fuerza política nacional, el partido de Los Republicanos (LR, derecha histórica), que comparte con Macron el mismo análisis de fondo: la energía nuclear es la más verde y más ecológica, asegurando a Francia un puesto de vanguardia en nuestra civilización, como potencia industrial y potencia militar, con submarinos nucleares desplegados en el Atlántico y el Pacífico.
La decisión de acelerar la construcción de nuevos reactores nucleares, más limpios, eficaces, verdes, ecológicos y baratos obedece a razones muy diversas.
El parque atómico nacional está envejeciendo. Varios estudios confirman la necesidad de cerrar, reformar o «revisar» casi un cuarto de los reactores en servicio. Estas Navidades, quince de los cincuenta y seis reactores nucleares estuvieron cerrados o parados, temporalmente, para realizar trabajos de mantenimiento.
Las tensiones económicas del mercado europeo de la electricidad, muy gravosas para los consumidores, aconsejan acometer con rapidez la construcción de nuevos reactores, acelerando la puesta en marcha de los proyectos que llevan estudiándose desde hace años.
Francia debe acelerar su renovación tecnológica, para seguir ocupando el segundo puesto mundial entre los productores de energía de origen nuclear, detrás de EE. UU. y delante de China. EDF, empresa pública, está al frente de la filial nuclear francesa, en la que participan más de 2.500 empresas, pequeñas, medianas y grandes, que dan trabajo a más de 220.000 asalariados.
Cuando Emmanuel Macron insiste en la dimensión ecológica y verde de la energía atómica, tampoco olvida las ambiciones europeas. Como presidenta rotativa de la Unión Europea (UE), Francia apoyará durante los próximos seis meses varios capítulos ecológicos importantes, pero, al mismo tiempo, también defenderá la soberanía continental de Europa: en ese terreno, la energía atómica es una baza estratégica mayor.
Ante esos grandes desafíos, nacionales y europeos, la opinión pública francesa está muy unida en lo esencial a los planes de Macron, confirmando un apoyo social muy sólido: el 52% de los franceses son perfectamente conscientes de que la energía nuclear es la primera fuente de electricidad para el consumo nacional, mientras que otro 62% la considera importante para la seguridad nacional.