Nuestra Señora de la Luz: una parroquia en permanente nuevo comienzo
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Reza un placa colocada en el acceso por el Colegio Oficial de Arquitectos: «Arquitecto. José Luis Fernández del Amo. Toda luz penetra de lo alto. Este edifico se construyó como un espacio de recogimiento, de penumbra y de silencio. Y un espacio de encuentro, al aire libre. El atrio ceñido por el claustro, donde los fieles convivan, se comuniquen, compartan los acontecimientos de la colectividad. Se ha evitado toda manifestación de monumentalidad en sus volúmenes y en sus fachadas. Muros ciegos sin ornamentación alguna con la ruptura indispensable para accesos. En la elección de materiales y en las proporciones se impone un criterio de estricta sobriedad. 1967».
En la página web del estudio arquitectónico que diseñó el complejo parroquial se lee que esta iglesia sería «la primera iglesia posconciliar de Fernández del Amo», en la que trataría de atenerse «con la mayor fidelidad posible a las Instrucciones dictadas por la Archidiócesis para la construcción de los complejos parroquiales».
Un patio, tres cipreses, enhiestos surtidores de sombra y sueño, una palmera, acceso al templo a través de un pórtico con una sola comunicación con el exterior. Atrio ceñido y circunscrito por la nave del templo. Una nave «sobre un cuadrado perfecto de planta, es un prisma cúbico apuntado por la pirámide excéntrica de una cubierta de cinc. Toda la iluminación es cenital desde un techo colgado de arpillera como de tienda que cobija y de hogar que congrega alrededor de la luz proyectándose sobre el lugar de la acción. Este volumen, hueco y modulador de la luz cenital, contribuye poderosamente en la participación y acercamiento de los fieles hacia el altar», según se lee en la ficha arquitectónica.
Arquitectura austera
La ornamentación del templo es austera. La sola imagen de Nuestra Señora de la Luz lo llena todo. Ahora está el proyecto de un conjunto con Cristo románico en peana como iluminación propia y sede de madera, según se puede leer en un cartel que presenta a la comunidad esta iniciativa.
El actual párroco es el sacerdote Faustino Fernando Velasco. Acaba de llegar a la parroquia en el mes de marzo del ya año pasado con la voluntad de un siempre nuevo comienzo. Según la guía diocesana, en el territorio de la parroquia están las siguientes comunidades religiosas: Esclavas del Divino Corazón, Hermanas Carmelitas de San José y la Orden de Hermanos de la Bienaventurada Virgen maría del Monte Carmelo. Hay un Colegio de los Corazonistas y una residencia de ancianos privada que se atiende pastoralmente desde la parroquia.
Actividades para crear comunidad
Las primeras iniciativas están teniendo mucho éxito en la feligresía. Por ejemplo, el café después de la misa dominical de 12, en el que los feligreses, mayoritariamente los matrimonios jóvenes con niños que representan el cambio generacional de la zona, han tomado un nuevo protagonismo. De hecho este curso hay una treintena de niños en la catequesis, con un equipo entusiasta de catequistas. Es muy frecuentada la Exposición con el Santísimo de los jueves. En la cartera de proyectos, pedida por la feligresía, está un grupo de Biblia y pronto un taller de afectividad. También se está programando algunos viajes, como uno a Tierra Santa. En un aviso del patio se dice: «Grupo Betesda. Todos los miércoles, de 18,00 a 20,00. Un espacio para la Tercera Edad donde compartir nuestra experiencia en torno al café, la música, la escucha del Evangelio y otras tareas parroquiales».
Cáritas es una realidad que, en esta parroquia, trasciende a la parroquia. Las necesidades de las personas de la zona no son muchas aunque un balance publicitado en el patio da buena cuenta de sus actuaciones, como por ejemplo la operación kilo. Ahora se están abriendo a nuevos proyectos de ayuda a personas necesitadas.