El posible adiós de Trippier y la ovación sin límite a Falcao

Ese don intransferible que es el carisma se plasma en el Wanda Metropolitano. Hay tipos que dejan huella y Radamel Falcao es uno de ellos para la parroquia colchonera. Para muchos seguidores, el mejor delantero que vieron en el Vicente Calderón. Ocho años después de su marcha, el colombiano regresa al equipo que lo encumbró como figura mundial y del que nunca más se supo. Lesiones y malas elecciones (Mónaco) cercenaron la carrera de Falcao, que ahora es santo y seña en el Rayo Vallecano con solo unos partidos en acción. A Falcao lo saluda la grada con su antigua cántico, ‘Radameeel, Radameel, Radameeel Falcao’. Y el colombiano responde con su amabilidad característica cuando se anuncia su nombra antes del partido, cuando calienta en la banda, caundo sale al campo para jugar quince minutos y recordar a todos lo fantástico delantero que fue. La victoria devuelve la paz al Atlético. Es la ley del fútbol. Los resultados deciden todo. Simeone está animado. «Hoy se vio a un equipo serio, duro, fuerte, que sabía lo que estaba buscando en el partido, cuando tuvo que correr corrió, y encontró los caminos para ganar. La victoria nos da energía e ilusión para el futuro. Me gustó lo que vi». Los tres puntos aflojan todas las tensiones. Incluso la mala racha goleadora de Luis Suárez. «No me preocupa. Le vi con intención, metido en el partido, mentalmente fuerte. Y eso es lo que importa». Otra cuestión es Trippier. Puede marcharse en el mercado del invierno al Newcastle. Ayer salió el último del campo, como si fuera en despedida. Simeone no lo ve claro. «Siempre nos ha dado cosas buenísimas al equipo, dependerá de él lo que pueda suceder, buscaremos que se quede, pero no se puede retener a nadie en la vida».