Morena: los polarizadores se polarizan
La ventaja del populismo en la liza de la posracionalidad es que se trata del ?nico contendiente claramente definido. Su manique?smo sit?a al pueblo bueno de su lado y amontona a sus contrincantes en un abigarrado espectro de liberales, ambientalistas, feministas, globalif?licos, derechohumanistas, socialdem?cratas, tan distintos como mal?volos.
La oposici?n en M?xico es una muestra de esta confusa oferta. Con el viento a su favor, el presidente L?pez Obrador divide al pa?s entre ?l y su definici?n de un pasado id?lico y los opositores que ofrecen un futuro indefinido pero estigmatizado como antipopular.
La novedad del 2022 mexicano ser? la polarizaci?n de los polarizadores. Ya se sab?a que Morena, que a fin de cuentas carga ADN perredista, es un partido (des)compuesto por tribus informales pero actuantes; lo que recientemente se ha confirmado es que esa diversidad tribal se ha agrupado en dos grandes bloques, como ocurri? en cierto momento en el PRD.
El tribalismo se ha reducido a una dualidad ?radicales y moderados, les llaman? v?a alianzas ideol?gicas y pragm?ticas. El catalizador de este proceso es la disputa por la candidatura presidencial, y por ello los polos de atracci?n son ahora Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. No es que sean los ?nicos aspirantes ?hay caballos negros como el secretario de Gobernaci?n y quiz? alg?n gobernador? sino que son los mejor posicionados, una por cercan?a y el otro por eficacia.
El gran elector ser? AMLO, a no dudarlo, y es a ?l a quien tirios y troyanos aspiran a convencer. Lo reitero: se perfila un escenario similar al de 1939-40, cuando L?zaro C?rdenas barajaba una carta ideol?gicamente af?n y otra de corrimiento hacia el centro. No s? si Andr?s Manuel C?rdenas repita la historia y se incline por Marcelo ?vila Camacho para distender una cuerda estirada por su mano siniestra o si, como insinu? en su discurso del pasado 1? de diciembre, la enmiende en aras de la continuidad y se ancle en la izquierda con Claudia J. M?jica. Aunque no puede descartarse que, al estilo Ruiz Cortines, haga fintas mientras busca una tercera opci?n entre quienes actualmente parecen rezagados.
En un eventual cambio de correlaci?n de fuerzas, sin embargo, hay un (f)actor soslayado. Me refiero a Ricardo Monreal, el disidente a la intemperie, quien no ser? candidato presidencial morenista a menos que AMLO deje de ser el fact?tum pero cuya operaci?n pol?tica puede mover el tablero. Y es que en caso de que Monreal, que tiene estructura y organizaci?n propias, le diera sus fichas a Ebrard, elevar?a considerablemente el costo de escoger a Sheinbaum, y si se las colocara a s? mismo en otro partido le restar?a puntos a la candidatura que mande el dedo encuestador de AMLO. El hecho es que en la polarizaci?n de Morena solo cabr? esa alternativa: el radicalismo, que es el lopezobradorismo puro y duro, o la moderaci?n, que representar?a una versi?n corregida y disminuida de la 4T. Y el fiel de la balanza ser? un AMLO poderoso, capaz de poner en la boleta a un(a) radical ?porque en su l?gica los moderados son conservadores avispados? o un AMLO debilitado por alguna coyuntura cr?tica, obligado a ceder ante los empresarios y la clase media para ganar la elecci?n.
Ya empez? el a?o antesala. Hagan sus apuestas.
Agust?n Basave Ben?tez
@abasave