De la beca Niños Talento a la beca Bienestar para Niñas y Niños
Secretario de Gobierno de la CDMX
En días recientes las redes sociales han sido el espacio de un debate sobre los programas de becas escolares en la educación pública básica.
Dicho debate tiene su origen en la transformación de la beca Niños Talento en la beca Bienestar para Niñas y Niños. Mi beca para empezar.
Al llegar al Gobierno de la Ciudad de México, la doctora Claudia Sheinbaum se encontró con un programa social llamado Niños Talento, creado durante la administración del licenciado Marcelo Ebrard en la capital, consistente en la entrega de una beca a los alumnos de educación básica pública con calificaciones académicas de 9 y 10.
Ese programa recibió críticas desde el principio. Para empezar, se señaló que entraba en contradicción con una parte central de la política social iniciada en la Ciudad de México desde 1997 con Cuauhtémoc Cárdenas, y desarrollada ampliamente durante la administración de Andrés Manuel López Obrador: el principio de universalidad.
Uno de los méritos de la política social de la Ciudad fue precisamente la ruptura con la lógica neoliberal de los programas focalizados. La Ciudad es pionera en las políticas sociales de transferencias universales. Es la primera en sustituir las transferencias selectivas para pequeños grupos por transferencias dirigidas a todo el universo social.
Así, una beca selectiva como Niños Talento aparecía como algo ajeno a la política social universalista, cuyos principios estaban plasmados en los documentos rectores de política social de los gobiernos de Cárdenas, López Obrador y del propio Marcelo Ebrard.
En materia de becas escolares, el gobierno de la Ciudad de López Obrador creó una beca para todos los estudiantes inscritos en los planteles del naciente Instituto de Educación Media Superior. Beca universal, para todas y todos, sin excepción.
Poco después, el propio gobierno de Marcelo Ebrard fue más allá y creó una beca (aún con montos diferenciados) para todos los estudiantes de todos los sistemas de bachillerato público presentes en la Ciudad.
Esto conducía a una contradicción específica: mientras se desarrollaba una beca universal en bachillerato, se implementaba una beca selectiva en la educación básica. ¿Cuál era la explicación de dicha contradicción? No la había. Simplemente se aplicaba una filosofía diferente para cada caso.
Ahora bien, más allá de esa contradicción conceptual general, el programa Niños Talento fue criticado por una razón de fondo: no solo estimulaba el esfuerzo académico de los estudiantes, también establecía un sistema de premios y castigos que profundizaba la desigualdad social.
El programa Niños Talentos premiaba económicamente a los estudiantes con mejores entornos sociales, pues habida cuenta de que el desempeño académico depende también de la buena alimentación, la salud, los libros disponibles, el transporte eficiente, la formación familiar, los espacios adecuados para el estudio, la educación continua en los tiempos extraescolares y otras condiciones; la beca Niños Talento premiaba a los alumnos con mejores condiciones materiales y castigaba a los más pobres.
Durante la administración de Marcelo Ebrard la beca universal Prepa Sí recibió múltiples reconocimientos, mientras que la beca Niños Talento fue observada por el organismo de Evaluación externa Evalúa-DF.
A lo largo de la campaña de Miguel Ángel Mancera, los especialistas en educación y política social insistieron en las críticas al programa Niños Talento, sin embargo, este continuó sin cambios.
Al llegar al gobierno, Claudia Sheinbaum se enfrentó a una disyuntiva: desaparecer un programa observado críticamente por su selectividad, lo cual perjudicaría a los niños y niñas que ya lo recibían o extender el programa a todas y todos, logrando universalizar los beneficios hacia el conjunto de estudiantes de educación pública básica. Tomó la decisión correcta: incluir a todos, en especial a quienes más necesitaban el apoyo.