Normalidad mexicana
No es normal que amanezcan 10 cuerpos en una camioneta afuera del Palacio de Gobierno de Zacatecas. No es normal que en una sola semana arrojen 12 cuerpos torturados en las carreteras de Veracruz, y que un grupo criminal se?ale a un alto funcionario de ese gobierno de proteger a otro grupo criminal. No es normal que un gobernador pose con tres delincuentes identificados y luego lo amenacen por incumplir acuerdos.
No es normal que en un pa?s se acumulen 63 masacres y 106 mil asesinados en tres a?os. No es normal que 921 mujeres hayan sido asesinadas en el 2021. No es normal que m?s de 90 mil mexicanos y mexicanas est?n desaparecidos. No es normal que en dos a?os 37 mil mexicanos hayan sido desplazados de sus hogares por la violencia.
No es normal que un presidente de la Rep?blica salude a la madre de uno de los criminales m?s sanguinarios de los que se tenga registro. No es normal que cada minuto un mexicano sea asesinado, 500 de ellos tan solo en la ?ltima semana. No es normal que en muchos municipios comandos armados se paseen libremente sembrando terror. No es normal que los comerciantes vivan sometidos a extorsiones y cobros ilegales.
Menos normal es que eso suceda en un pa?s donde las autoridades federales afirman que ?M?xico se est? pacificando?. Menos normal es que eso suceda en un pa?s que ha triplicado la presencia del ej?rcito en el territorio en labores de seguridad. No es normal que los grupos criminales operen a favor del partido en el poder, intimidando votantes y candidatos como sucede ahora con Morena.
La lista de la anormalidad es larga y sigue creciendo. En tres a?os el gobierno de L?pez Obrador ha normalizado lo aberrante. Eleva la nimiedad al nivel de Estado: el avi?n presidencial, y evade su tarea fundamental: la seguridad. Si la guerra de Calder?n fue el inicio de una estrategia mal llevada, y si con Pe?a Nieto el silencio frente a la inseguridad fue la constante, en el sexenio de L?pez Obrador asistimos a la complacencia, a la minimizaci?n y a la banalizaci?n del mal.
Mientras desde su p?lpito ma?anero el presidente pregona el amor al pr?jimo, los abrazos, no balazos, en las puertas de palacio comienza el M?xico real, b?rbaro y desolado. No hay reacci?n, porque no hay seriedad, o quiz? no hay reacci?n porque hay complicidad. La inacci?n sugiere una ruta que el pa?s desconoce, una estrategia de, dejar hacer dejar pasar.
La pax narca, el para?so de los criminales. La paz por omisi?n. La paz como decreto y auto de fe. La realidad es para los conservadores, para los adversarios, para los que solo quieren da?ar la imagen y reputaci?n presidencial.
En este mundo binario y sombr?o solo hay espacio para una versi?n de las cosas, la que dan los otros datos. El desgarramiento del tejido social, la pobreza en aumento, la crisis de salud y econ?mica, el desmantelamiento de instituciones son solo interpretaciones malintencionadas de parte de grup?sculos heridos por perder sus privilegios.
Sean pues los otros datos la versi?n Macuspana de Un Mundo Feliz, claro est?, plagado de infelices.
Frank Lozano