El presidente del Gobierno está muy disgustado con su ministro de Consumo, pero no puede hacer nada. Respecto a la polémica generada por las palabras de Alberto Garzón, en The Guardian sobre la calidad de los productos que se producen en determinadas explotaciones agrícolas, Pedro Sánchez ha dado muestras hoy de un gran malestar al respecto. Pero tenía muy estudiado lo que quería decir para no salirse del guión y evitar agrietar las relaciones dentro del Gobierno.
Durante una entrevista en la Cadena SER, Sánchez ha dicho que «lamenta muchísimo esta polémica», y ha defendido que el sector en España produce una carne de extraordinaria calidad, que «sigue los máximos estándares de la normativa española y europea». Ese lamento por la polémica es el recurso que ha empleado Sánchez para ser nítido a la hora de cuestionar a Garzón, pero siempre evitando un choque o una descalificación directa: «Siento la polémica porque no se compadece con lo que hace el Gobierno con el sector primario», ha dicho Sánchez.
En este sentido ha recordado que el sector está sujeto a una «enorme transformación» y que en 2020 se aprobó un decreto para ordenar explotaciones de granjas del sector porcino. En 2021 se hizo lo mismo con el avícola y ahora se está trabajando en la misma línea con el sector vacuno. «Tenemos por delante mucho trabajo» ha dicho Sánchez, insistiendo en que se trata de «unas declaraciones que yo lamento» porque se ha generado una polémica «que no se compadece con la realidad del sector ni con lo que hace el Gobierno».
Sánchez no ha querido ni siquiera desvelar si ha hablado con el ministro de Consumo al respecto. Sí se sabe que con quien habló fue con la vicepresidenta Yolanda Díaz, que previamente había hablado con el ministro. ¿Se equivocó el ministro?, le han vuelto a preguntar a Sánchez. Que nuevamente daba muestras de su malestar pero sin querer descalificar a Garzón: «Lamento esta polémica, creo que con eso lo estoy diciendo todo».
El presidente tiene la capacidad legal para nombrar y cesar ministros. Pero lo cierto es que en enero de 2020 PSOE y Unidas Podemos pactaron una distribución del Gobierno que no se puede alterar. Es la clave de bóveda del pacto de coalición. Tanto el número como cuáles concretamente son los ministerios que le corresponden a cada formación. Y Garzón es ministro por su condición de líder de Izquierda Unida, y en virtud de los equilibrios particulares que a su vez tiene que hacer Unidas Podemos. Legalmente Sánchez puede cesarlo. Pero hacerlo cuestionaría toda la coalición. En términos políticos es algo que compete a Unidas Podemos y muy particularmente a Izquierda Unidas, que tendría que proponer otro nombre. Algo imposible ya que Garzón sigue teniendo controlado su conglomerado. Además, en Unidas Podemos se defiende el fondo de lo que dijo Garzón. «No hay división en UP al respecto», aseguran. Y el intercambio de golpes en los medios con el PSOE ha sido fuerte. Sin embargo en privado sí se cuestiona la oportunidad de las declaraciones y el hacerlas en un medio extranjero.
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