Patricio Morelos: Diputado/a, ¿dónde estás? que no te encuentro
Hace unos días hice un ejercicio en mis redes sociales en el que le pregunté a mis seguidores sobre cuál era la primera palabra que se les ocurría cuando pensaban en un diputado o una diputada. ¿Cuáles creen que fueron las respuestas más repetidas? 1) corruptos, 2) flojos, 3) desconocidos.
Y es que es cierto, cuando hablamos sobre nuestros legisladores lo primero que se nos viene a la cabeza son imágenes de hombres y mujeres dormidos en su curul, jugando en sus celulares o incluso, peleando a golpes en las tribunas de los Congresos.
También, pensamos en que muchas veces quienes ocupan esos espacios son compromisos políticos, por lo que ser diputado o diputada, puede ser un favor de un partido a un empresario, a un sindicato o a las personas más fieles a sus proyectos.
Pero lo que no pensamos, cuando nos olvidamos de ellos “porque no tienen arreglo”, es que esas personas son quienes aprueban las cuentas públicas de nuestros gobernantes y que muchas de las leyes de las que hoy nos quejamos, pasaron por cada una de sus oficinas.
Si de algo estoy seguro, es que no todos los diputados y diputadas son malos. Al contrario, existen excelentes perfiles en todo el país, pero por generalizar, nos perdemos de hombres y mujeres que verdaderamente quieren cambiar a México y a sus estados.
¿Hay diputados que únicamente van a cobrar al Congreso? Sí. ¿Hay diputados que generan cambios trascendentales para la vida de las familias? Por supuesto.
El problema es que no sabemos dónde están y por eso no los encontramos.
Yo te preguntaría a ti ¿cómo evalúas a tus diputados?
¿Por la cantidad de boletos que regalan para los festivales musicales? ¿Por las camisas que rifan de tu equipo de fútbol favorito? ¿Por las pelotas que entregan el día del niño o las flores que dan el día de las madres?
¿O los evaluamos por la cantidad de iniciativas importantes que presentan? ¿Por los acuerdos que logran con los diferentes partidos políticos para evitar la parálisis legislativa? ¿Por sus posturas en votaciones polémicas?
El primer paso para tener un Congreso funcional se encuentra en que cada uno de nosotros conozcamos a nuestros representantes. Saber quiénes son, cuáles son sus trayectorias, qué propusieron en campaña y qué están haciendo en el puesto.
Es sorprendente, pero nos podemos dar cuenta de que tenemos un excelente diputado o diputada, o por el contrario, que por nuestro desinterés y desinformación sigue ganando en nuestro distrito esa persona que únicamente va a levantar la mano un par de veces a la semana y cobra su cheque.
Busquémoslos en redes sociales y generemos una conexión con ellos.
Solo tenemos dos opciones: dejar las cosas como están y permitir que los partidos políticos sigan divirtiéndose en los congresos o de una vez por todas poner atención, y buscar a los perfiles más honestos y preparados para que tomen las decisiones.
Diputado, diputada, ¿dónde estás? que no te encontramos.
Pero también, ciudadano, ciudadana, ¿dónde estás? que ahí afuera a una serie de personas que están tomando decisiones por ti y por tu familia, que necesitan de tu participación para lograr los cambios que estamos esperando.
El autor es Maestro en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica por The George Washington University. Profesor universitario en el Tecnológico de Monterrey y socio de Poligrama.