La justicia tumba el último intento de salir de la cárcel de uno de los detenidos por el crimen de Samuel en La Coruña
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Nada ha cambiado desde que el pasado 2 de diciembre el Juzgado de Instrucción número 8 de La Coruña, por segunda vez, concluyese que Kaio Amaral debía seguir entre rejas hasta que se celebre el juicio: «Los elementos y criterios en función de los que se impuso la privación de libertad, más allá del paso del tiempo y la evolución de la instrucción» siguen siendo los mismos, recoge el auto dado a conocer este miércoles. Por tanto, la prisión preventiva es «necesaria y proporcional a la entidad de los hechos investigados y a las concretas circunstancias que concurren en el investigados«. Contra esta resolución ya no cabe recurso.
Kaio Amaral, según los investigadores, fue uno de los jóvenes que se sumaron a la salvaje agresión a Samuel que había iniciado su amigo Diego a las puertas del pub coruñés de el Andén. Ahora el tribunal de la Audiencia de La Coruña confirma también que tanto las declaraciones de testigos como las imágenes de las videocámaras «permiten vincular al apelante con el ataque».
Los peligros que podría acarrear su puesta en libertad, son las mismas a las que el juzgado de instructor aludía en su resolución ahora confirmada: riesgo de fuga y destrucción de pruebas. Y algo más, detalla la Audiencia en su resolución: de quedar en libertad, «podría aumentar» la posibilidad de que Kaio «o personas de su ruego» realicen «actos futuros destinados a enturbiar, condicionar o alterar medios y fuentes de prueba».
Kaio Amaral se presentó voluntariamente en comisaría unos días después del crimen. A este hecho que la defensa del investigado esgrimía en su recurso, el tribunal le resta valor. Y es que esa comparecencia carece de valor porque su vinculación con la agresión ya había sido descubierta. Que se le acabara imputando por el crimen era «previsible, por no decir inevitable», argumenta la Audiencia en su resolución.
En aquella primera declaración, adelantada por ABC, Kaio señalaba a sus dos amigos Diego y Yumba. En síntesis, ante los agentes dijo que los había visto pegándole «a un chico que no conocía de nada» y que había intentado separarlos «porque continuaban intentando agredir a este chico». Diego tenía «una actitud agresiva, como queriendo seguir con la pelea», detalló entonces Kaio a la Policía, en una declaración en la que por supuesto, descartó cualquier implicación suya con el crimen, diciendo que «en ningún momento» tocó a Samuel y solo pretendía «que no fuera a mayores el incidente». Kaio se levantó al día siguiente trabajar, y fue cuando se enteró de la muerte de Samuel. Según él, al día siguiente se fue a trabajar y decidió plantarse en la comisaría al ver en las redes sociales que a él le acusaban del crimen. Las testificales y las cámaras desmienten esta versión exculpatoria. Kaio fue, además, quien se quedó con el teléfono de Samuel después del crimen.