El Gobierno vasco facilitará el tercer grado de los presos de ETA en su nueva hoja de ruta para las prisiones vascas
Cien días después de asumir las competencias de prisiones el Gobierno vasco ha hecho pública su hoja de ruta para las cárceles vascas. Desde este mes de enero será la recién creada Agencia de Reinserción Social, Aukerak (oportunidades en euskera) la que se encargue de los programas de reeducación de los presos. La intención del ejecutivo de Urkullu es fomentar que los reclusos de las cárceles vascas cumplan sus penas en regímenes semiabiertos. Los grandes beneficiados serán los presos de ETA que recibirán el mismo tratamiento que el resto de reclusos comunes.
En la actualidad son 84 los terroristas que cumplen condena en cárceles vascas. No será necesario ni que se arrepientan ni que colaboren con la justicia para poder progresar de grado. En este sentido la consejera de Justicia vasca, Beatriz Artolazabal, ha explicado que la intención es terminar con la «política penitenciaria de excepción» para los presos de la banda terroristas. Y por eso, quienes cumplan condena en cárceles de la comunidad solo tendrán que demostrar «arraigo» para acceder a unos regímenes de semilibertad que se concederán, ha asegurado la consejera, aplicando «criterios científicos».
La consejería cree que la mejor forma de promover la «convivencia» es fomentar que los presos de ETA accedan a los mismos beneficios que el resto de reclusos. De hecho, después de un acercamiento, dentro de los muros de las cárceles vascas hace tiempo que no hay distinciones y los etarras se integran como un preso más en la vida penitenciara.
En la práctica esta nueva hoja de ruta implica asumir las dos grandes peticiones que hizo el colectivo a favor del acercamiento de presos, Sare, en las casi 200 manifestaciones y concentraciones que se produjeron el pasado fin de semana en otros tantos municipios vascos y navarros. Además el Gobierno vasco tiene previsto retomar cuanto antes los encuentros restaurativos entre víctimas y etarras.
El objetivo, apuntan desde la consejería, es construir un modelo penitenciario orientado a la «reinserción y resocialización». Y para ello la «reeducación» tendrá un papel clave. De hecho, se va a destinar una partida de seis millones de euros a incrementar la oferta de talleres y actividades productivas para los internos. Además, se pondrá especial atención en explorar áreas diferentes a las que ya existen, y en las que podría haber oportunidades laborales, como la logística, la atención sociosanitaria, los cuidados a la dependencia o la artesanía. «Se trata de ofrecer una puerta hacia otra vida», ha explicado la consejera convencida de que incrementando la reinserción se mejorará la seguridad para toda la sociedad.
El Gobierno vasco se ha marcado como objetivo lograr que el 40% de la población reclusa cumplan sus condenas en regímenes de semilibertad. En lo que respecta a los presos de ETA, 14 se encuentran en régimen abierto y 9 en libertad condicional; es decir, casi el 30% de los etarras encarcelados en prisiones vascas ya han accedido a este tipo de condena.