Leiceaga también enfría la posibilidad de una reforma real de la financiación: «Extremadamente complicado»
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Leiceaga se ha pronunciado en O Hórreo en una línea que coincide con la del economista y profesor en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Diego Martínez, secretario general de financiación autonómica en el último Gobierno de Rajoy y antes director general de Tributos en la Junta de Andalucía, quien el jueves señalaba que «las posibilidades de acometer una reforma integral son reducidas».
El portavoz del Grupo Popular, Pedro Puy, había pedido a Leiceaga que se 'mojara' y diera su «opinión sobre la velocidad o posibilidad real de que la reforma se materialice en los próximos meses». Quien fue portavoz del PSdeG en la Cámara gallega se ha apoyado en un estudio propio, junto a Santiago Lago y María Cadaval, quienes también han pasado por la comisión, para mostrarse tan pesimista o más que Martínez, con el que ha compartido análisis (clima político, ciclo electoral), y ha querido incidir.
«En un sistema político en el que en el Parlamento, Congreso y Senado, hay tanta dispersión, con gobiernos de coalición en minoría, dependientes de otros partidos, y con parlamentos autonómicos donde lo común es que el partido gobernante esté también en minoría y dependiente de otros, esto dificulta muchísimo las negociaciones y hace mucho más complicada una eventual reforma», ha apuntado en primer lugar.
A esto se suma, «sobre todo», la entrada en un «ciclo electoral casi continuado», que comenzará con comicios en Castilla y León y Andalucía y proseguirá con las municipales, con las generales en el plazo largo. «Hay poco horizonte para una negociación razonable», ha abundado Leiceaga, «manteniéndose además, aún, un desapego digamos de los partidos gobernantes en Cataluña en relación con el sistema» de financiación autonómica. «Todo esto hace que sea difícil».
En paralelo, se ha preguntado el senador socialista si «existiría margen para afrontar esa reforma». Cree que sí existe cierto espacio para la «mejora», a partir de los fondos creados a raíz de la pandemia, que «podrían dar lugar a algunos recursos adicionales», a los que se sumarían los fondos de cooperación. En todo caso, ha advertido de que «todo el mundo espera que haya más financiación encima de la mesa», pero «la situación es muy compleja», principalmente por la carga de la deuda y gastos de Seguridad Social.
Rechaza el modelo de cupos
En cualquier caso, Leiceaga ha ofrecido su visión sobre el sistema actual y la propuesta de reforma del Ministerio de Hacienda, y cómo sale parada Galicia. Ha partido de la convicción de que «el esquema vigente de financiación autonómica está bien estructurado en relación con valores básicos», pues «permite ejercer la autonomía política y, con imperfecciones, favorece la equidad en el conjunto del sistema».
A continuación, ha advertido de que extender a toda España el sistema de concierto vasco-navarro «daría lugar a resultados muy desiguales» y «tendría consecuencias muy negativas en términos de financiación para Galicia», con «una reducción significativa del nivel de financiación». «Este modelo, aplicado con carácter general, es un error económico», ha dicho, «y también es un error político, que nos introduce en debates que no deberíamos tener». Para el senador, se trata de «cómo conseguimos mejorar la situación actual y adecuarlo mejor aún a las necesidades de Galicia; no tanto cambiar a otro modelo que no nos interesa» y «no lleva a ningún sitio».
En este sentido, ha insistido en que lo que interesa a Galicia es la «continuidad del modelo actual, en sus presupuestos básicos (...), con mejoras y con pequeños cambios», pero siempre con un «fondo de nivelación». Porque si comunidades como la gallega o la andaluza, con «una capacidad tributaria muy inferior a la media, si tuvieran que hacer frente en solitario a las demandas de los ciudadanos, tendrían enormes dificultades
siquiera para cubrir el nivel básico» y «su autonomía para establecer unas políticas de gastos discrecionales propias sería extremadamente limitada».
En cuanto a si se «puede ir más allá» en autonomía tributaría, ha respondido que «sí» con matices, pues «todas las opciones tienen algunas dificultades»: sobre el IRPF ha pedido un sistema con mayor agilidad y rapidez, y sobre el IVA, se podría transferir al conjunto del Estado «sin romper la unidad del mercado», con un sistema «colegiado», que «tiene dificultades políticas y técnicas evidentes».
Por último, para Leiceaga «no hay demasiadas diferencias», en el caso de Galicia, entre los fondos que recibe y aquellos que le corresponderían aplicando parámetros de población ajustada.
Propuesta del Ministerio
En el último tramo de su intervención inicial ha entrado en la propuesta de reforma de Hacienda, que ve positiva a grandes rasgos: el refuerzo de la idea de población ajustada; que sea abierta; el aumento de tramos en sanidad; y que se introduzcan los costes del sistema universitario. Por el contrario, ve dos problemas: cómo se introducen los costes fijos y cómo se aplica la variante de despoblación, que entiende que resultad «redundante», porque combina superficie y población, que «ya están en el modelo».
Adicionalmente, ha asegurado que «los fondos de cooperación no tienen ningún sentido y necesitaríamos un único fondo de nivelación que equilibrase el sistema». En todo caso, habilitar un «fondo transitorio», para que «las comunidades muy favorecidas» se fueran «ajustando progresivamente»
Todavía ha puesto más cuestiones sobre la mesa Leiceaga. Entre otras, que se primen los compromisos responsables, como el de Galicia; y una «nivelación total» en los servicios, que incluya, por ejemplo, la justicia.
Visión desde Asturias
El segundo compareciente de la jornada, Roberto Fernández Llera, síndico mayor de la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias, ha rechazado «parches transitorios» en el modelo de financiación, porque «hay demasiados», y ha pedido «hacer un esfuerzo» por negociar y alcanzar un acuerdo. De ahí que haga «votos» para que impere la «altura de miras» y las conversaciones se puedan «desencallar», «como está haciendo este Parlamento».
Al hilo, ha admitido que no sabe si se llegará a algún acuerdo. «Ojalá», ha dicho. «Hago votos para que lo haya», ha insistido. «Los técnicos hemos hablado, incluso de más». En paralelo, en su intervención y en su réplica a los grupos, ha abordado cuestiones como la demanda de «lealtad y lectura autonomista» al Gobierno central o el rechazo a que haya «17 IVAs» y la apuesta, en consecuencia, por colegiarlo, como Leiceaga.