El Real Madrid saca el rodillo ante Baskonia
Los de Pablo Laso, 15-3 a una victoria del líder Barça, sacaron un gran nivel en su primer partido continental en 2022, mientras que los de Neven Spahija dieron un paso atrás en juego y sensaciones. Los vascos no competían desde el 30 de diciembre y estuvieron lejos de escalar en la tabla en busca del 'Top 8'.
El coronavirus volvió a golpear a la plantilla blanca en la previa al duelo ante los vascos con las bajas de Rudy Fernández y, instantes antes del partido, de Edy Tavares. Sin embargo, el Madrid torpedeó a un Baskonia descolocado, sin ritmo y de apariencia impotente para hacer frente al desafío en la capital.
El primer cuarto dejó un colchón local rondando la decena y los vascos no fueron capaces de acortar diferencias. De hecho, al borde del descanso el partido comenzó a peligrar (50-33) con quedarse sin historia. Yabusele firmó 13 puntos en el primer cuarto, muy destacado por encima de todos, y lideró el músculo local.
Pese a no contar con Tavares, el Madrid marcó diferencias por dentro, dejó un 38-19 en rebotes al final, ante un Baskonia muy blando. Randolph también sumó ahí, dando pasos hacia su mejor versión como hizo Thompkins en su regreso. En el triple también castigó el equipo de Laso, bien repartido el acierto y con los de Heurtel o Llull haciendo daño. El galo abrió la renta en el inicio del segundo parcial y el balear la engordó camino al vestuario.
Abalde empezó a teñir de blanco el encuentro, con una alfombra roja en la defensa visitante, peleado casi en solitario por Granger en los vascos. Los triples de Baldwin y Costello, más una subida de intensidad en defensa, cambiaron el panorama por momentos (61-48) en la reanudación pero el Madrid volvió a hacer daño con Randolph, muy acertado pese a esa defensa mayor.
Con la veintena llegó el equipo de Laso al último cuarto, donde de nuevo hizo el amago Baskonia de pelear en el Palacio. Randolph (13 puntos y 12 rebotes), Yabusele (17 y 8), Poirier (11 y 8) y Abalde (15) terminaron con números importantes. No hubo milagro vasco, con trabajo de recuperación obligado para retomar lo enseñado hace dos semanas con su victoria sobre el Barça.