La mentira de ?las redes sociales?
De la ilusi?n a la decepci?n. Nacieron a comienzos del siglo como herramientas digitales de libertad y cambio social y hoy se revelan como maquinarias de enga?o y control de ?las masas?. En manos del hombre m?s rico del planeta, Twitter se convierte en arma global.
Despu?s de los esc?ndalos de Cambridge Analytics (Inglaterra 2010) y la elecci?n presidencial estadounidense de 2016, no deber?a resultar una sorpresa que la llamada Social Media haya perdido su karma.
Promovidas como una especie de explosi?n social que abrir?a a miles de millones de personas la libre expresi?n de informaci?n e ideas, y que por ende se constitu?a en la aut?ntica voz de los pueblos, ?las redes sociales? funcionan, sobre todo, como caja de resonancia de viejos y nuevos personajes, organizaciones de activistas profesionales y grupos de inter?s.
Una vez que alcanzada la cima del mundo del dinero, empresas como Facebook, Twitter y otras plataformas de la Social Media se manifiestan m?s o menos abiertamente como sui generis medios comunicaci?n con agendas propias que operan a partir de diversas f?rmulas de las ciencias de datos y la manipulaci?n de las emociones m?s primarias; todo, dise?ado para atraer y capturar la atenci?n de m?s de la mitad de la poblaci?n mundial ?en todos lados salvo China, que construy? su propio universo digital.
La llegada a Twitter del heredero de una fortuna originada en la explotaci?n de esmeraldas en la Sud?frica anterior al apartheid y actual due?o de Tesla y del turismo espacial ocurre luego de tres lustros de crecimiento vertiginoso de ?las benditas redes? y justo cuando la burbuja de la Big Tech amenaza con reventar.
La profunda infecci?n de los bots, el uso de verdaderos ej?rcitos de usuarios falsos y su uso casi generalizado para promover odios y manipular inseguridades entre sus usuarios ?a la par de la irrupci?n de las plataformas chinas como TikTok--, dejan muy claro la debilidad del argumento seg?n el cual juanito97 o @periquito826 ?ciudadanos an?nimos?son los verdaderos creadores de esas olas gigantescas, org?nicas, que define la agenda de la conversaci?n p?blica de nuestro entorno.
Sin negar que detr?s de #the-girl-in-the-blue-bra, #SpringRevolution, #MeToo o #"I can't breathe" hubo voces reales que de alguna manera transformaron al mundo, hoy resulta por lo menos dudoso que el ego y los intereses econ?micos de personajes tan peculiares como Mr. Musk o Mr. Zuckerberg se pondr?n al servicio de los mejores intereses de las sociedades.
En suma, sin pretender invalidar la importancia que s? tiene la Social Media, resulta clara la necesidad de desvelar puntualmente sus mecanismos de operaci?n, protagonistas y alcance real.
Imposibles de ignorar, ?las redes sociales? tampoco lograron borrar a los medios convencionales. De hecho, las principales empresas medi?ticas han invertido mucho en construir espacios de privilegio al interior de las nuevas din?micas de comunicaci?n y convivencia social, al punto de que la mayor?a de sus celebridades son las figuras m?s visibles dentro de la Social Media.
Sin evadir las limitaciones estructurales de muchos de los viejos medios ?circulaci?n m?nima, contenido chatarra, sometimiento cr?nico al sistema, entre muchas otras--, el difuso universo de la ?opini?n p?blica? es un ?mbito que los incluye ?junto a ?las redes sociales? --, pero que implica bastante m?s que esas dimensiones.
Ni los gobiernos, ni supuestos mes?as deber?an ser los protagonistas de la construcci?n de las narrativas centrales de nuestro tiempo. Ante la multiplicaci?n de aquel ?hombre unidimensional? para formar la ?aldea global? que tan bien se refleja en el ?black mirror? que nos traen las nuevas tecnolog?as, a lo mejor lo que nos hace falta es recuperar el sencillo y a la vez enorme valor de un buen libro, de preferencia seguido de una conversaci?n.
C?sar Romero
Profesor de la UNAM
cesar196311@gmail.com