El editor y el colaborador: La locura y las letras (1)
El tiempo ha pasado desde aquella vuelta de siglo. Del doctor Minor, nos sorprende la manera en que, en la plena oscuridad de sus delirios, encontr? una forma de redenci?n.
No me refiero al desasimiento de su materia sexual, sino a la conversi?n de su mente en una computadora.
Minor ley? con atenci?n todos sus libros. Escudri?? su significado. Reconstruy? sus historias y argumentos.
Percibi? cada palabra y sus diversos significados. Catalog? aquellas que le parecieron m?s relevantes, sino es que todas.
Le dio vida a cada una de ellas; y a cada una de las letras, le dio sustancia con sus ojos.
Cada escritor forma palabras, sacando del lenguaje una letra, y luego otra; las va juntando de acuerdo con una normalidad o costumbre ling??stica, que es visual.
A primera vista, es posible distinguir el castellano del ingl?s. En el ingl?s, por ejemplo, abundan los diptongos precediendo la ?g? y la ?h?, como en ?daughter?. Tambi?n, tenemos letras que van en pares como las ?mm?, las ?tt? y las ?ee? de ?committee?.
En el castellano, siempre va una ?m? (y nunca una ?n?) antes de una ?p?, como en ?amplio?. S?lo emparejamos las ?rr? como en ?barro?, pero nunca las escribimos al inicio de la palabra, aunque evoquemos el nervio de su sonido.
Las letras son los ladrillos de las palabras, pero su orden est? determinado por una tradici?n de uso y un grupo de reglas que a lo largo del tiempo evolucionan.
El doctor Minor se dedic? a leer los libros de la lengua inglesa a trav?s de sus diferentes ?pocas. Pero ?qu? era el ingl?s?
El ingl?s es un idioma de uso pr?ctico, desarrollado en las extensiones del imperialismo y vuelto nacer en las revoluciones industriales y olas de globalizaci?n.
Es un idioma que, como el capitalismo en s?, fagocita palabras, las usa con una supuesta ?buena voluntad?, para armar otra vez el mundo visto desde su perspectiva y definirlo desde su misteriosa (voluble) pronunciaci?n.
En la actualidad, el espa?ol le ha compartido algunas palabras: quesadilla, tortilla, mosquito, para mencionar las m?s evidentes.
El ingl?s est? compuesto por muchas palabras que adopt? de varios idiomas, incluyendo un gran n?mero originadas del lat?n.
Durante la ocupaci?n francesa que inici? en 1066, estas palabras se infiltraron por medio del franc?s antiguo (el normando), el cual fue el idioma de las cortes, las ?lites y el gobierno hasta el fin de la edad media.
Por eso, aquellos que hablamos espa?ol comprendemos el ingl?s acad?mico, ya que contiene palabras del ingl?s legal de origen latino, como ?authority?, ?realm? y ?evidence?.
La uniformidad en la conjugaci?n de los verbos es un rasgo del ingl?s. S?lo se le a?ade una ?s? a la tercera persona del singular de los verbos regulares (she talks vs they talk).
Pero no siempre fue as?.
El ingl?s antiguo tuvo los rasgos de las lenguas romances, adquiridos de forma independiente, como las diferentes conjugaciones de acuerdo con los pronombres y el g?nero de los sustantivos.
Este ?ltimo rasgo expone el pensamiento primitivo y m?gico de los or?genes de la conciencia humana en que los elementos que nos rodeaban pose?an alma.
En el ingl?s de la actualidad, la personalizaci?n de los objetos sobrevive s?lo cuando, por ejemplo, los marineros se refieren al mar (o a la luna, o al planeta) como si fuera una mujer.
Esta atribuci?n ocurre en la dimensi?n figurada, aunque no en la gr?fica.
En los mismos a?os en que Minor estaba leyendo y lleg? su ?ltima redenci?n, Joseph Conrad escrib?a sus m?s grandes novelas.
Conrad hab?a aprendido ingl?s a los 20 a?os (su primer idioma fue el polaco) y a los 40, despu?s de haber viajado por el mundo, incluyendo por las costas mexicanas del Golfo de M?xico, se dedic? a escribir una obra en un ingl?s inusitado, producto de la s?ntesis, lleno de inflexiones casi m?gicas que le devolvieron al ingl?s esa fuerza primitiva y que s?lo un extranjero pod?a revelar.
Conrad se volvi? la literatura inglesa, demostrando que el ingl?s era un idioma en constante formaci?n que apenas llegaba a trazar sus l?mites. Esa era la misi?n del diccionario Oxford.
Cabe se?alar que Conrad y Minor, separados por 23 a?os, compartieron tanto la experiencia del lenguaje como la desintegraci?n de la locura.
En Conrad, la locura fue menor (minor), pero se sabe que?