En la cáscara y la pulpa de la naranja, en la piel de la manzana, en el tallo de la alcachofa, en el tronco del brócoli, en el pan que sobra, en el bagazo de la cerveza, en lechugas y tomates ‘feos’... hay un filón de innovación. Todos estos, y muchos más, desperdicios y alimentos, o partes de ellos, son rescatados por empresas y centros tecnológicos para obtener nuevos productos de gran valor añadido que luego vuelven a la industria alimentaria. Por ejemplo, los transforman en aditivos, colorantes, conservantes, suplementos, potenciadores del sabor, tintes alimenticios o ingredientes de purés, sopas, zumos, mermeladas, snack, smooties, gelatinas...
Lo denominan ‘food upciclyng’, es decir reciclaje de alimentos. Pero esto no quiere decir que...
Ver Más